La Universidad de La Guajira es el primer centro de educación superior del Departamento, una institución que ha ido creciendo en programas académicos y en grupos de investigación pero también en la única iniciativa dirigida a cientos de estudiantes que desean seguir sus estudios y que no cuentan con los recursos económicos para pagar altas matriculas en universidades privadas.
Desde hace ya varios años la universidad se encuentra agobiada por las deudas que mantiene con sus docentes catedráticos y ocasionales y su parte administrativa, situación que la ha llevado a embargar las cuentas de la Gobernación de La Guajira en más de una ocasión, reclamando más de 90 mil millones de pesos por concepto de la ley 30 y gratuidad de la educación.
La situación ha generado algunas dificultades con la administración departamental, porque cada representante legal debe defender a su institución por las vías que considere conveniente.
Adicionalmente, la Corte Constitucional declaró fundadas las objeciones de inconstitucionalidad formuladas por el Gobierno nacional al proyecto de ley que transformaba a la Universidad de La Guajira en ente autónomo del orden nacional, por desconocimiento del principio de autonomía territorial y por haberse omitido la iniciativa gubernamental en materia presupuestal.
Esa decisión legal fue un duro golpe para la universidad, pues con la nacionalización se pretendía que a través del Ministerio de Hacienda se apropiaran los recursos económicos necesarios para el funcionamiento y dotación de la alma máter.
Esas razones especialmente por la defensa de la universidad pública, deben generar un diálogo nacional que lidere la primera autoridad del Departamento acompañado de sus alcaldes, representantes a la Cámara y líderes sociales, para encontrar una solución a corto y mediano plazo a la crisis económica del primer centro de educación superior de La Guajira.
Es decir, no hay espacio para seguir mirando el tema de soslayo, porque como siempre los únicos perjudicados son los estudiantes que deben costearse el valor de la matrícula para poder seguir con sus estudios, muchos de los cuales realmente no tienen cómo cumplir con ese pago.
Es urgente defender los intereses de la universidad, especialmente por esa gran cantidad de estudiantes de escasos recursos que buscan ser profesionales y cuya tabla de salvación es precisamente Uniguajira.