Cuando se está a pocos días de la posesión del nuevo gobernador de La Guajira y los 15 alcaldes, la comunidad está a la espera de conocer en detalle la inversión en cada uno de los municipios de este actual periodo de gobierno que culmina el 31 de diciembre.
Es importante que los ciudadanos conozcan esa información de primera mano, por aquello que pocas obras ejecutadas se observan en los municipios a pesar de los dineros disponibles en el presupuesto anual.
Además que legalmente se les obliga a la entrega de rendición de cuentas, existe ese deber moral como ciudadanos y por tanto se esperaría que no fueran inferior a ese compromiso que les asiste.
Las cuentas deben ser muy claras, detalladas sector por sector porque es uno de los tantos insumos para saber si realmente cumplieron con la ejecución del programa de gobierno que entregaron a la Registraduría, cuando decidieron aspirar al primer cargo público en sus localidades.
No se trata de un evento más, es tal vez uno de los más importantes, porque lo que se pretende es que los ciudadanos tengan claridad de cómo los mandatarios trabajaron en estos cuatro años de gobierno, las dificultades que enfrentaron y la forma como sortearon para darle continuidad a los programas y proyectos, algunos de los cuales trabajaron de la mano con las propias comunidades.
Esa rendición de cuentas de acuerdo al documento Conpes, señala que es una expresión de control social que comprende acciones de petición de información y de explicaciones, así como la evaluación de la gestión que busca la transparencia de la gestión administrativa pública para lograr la adopción de los principios de Buen Gobierno.
En ese sentido, de acuerdo al ente de control, la rendición de cuentas presupone, pero también fortalece la transparencia del sector público, el concepto de responsabilidad de los gobernantes y servidores y el acceso a la información como requisitos básicos.
La rendición de cuentas se considera también como una expresión de control social, por cuanto comprende acciones de petición de información y explicaciones, así como la evaluación de la gestión y la incidencia de la ciudadanía para que se ajuste a sus requerimientos.
En ese orden, se esperaría que los actuales administradores de la cosa pública, cumplan a cabalidad con ese compromiso ciudadano, pero especialmente que sean honestos a la hora de rendir cuentas, es decir, que la información sea confiable y detallada.
A quienes asumen a partir del 1° de enero de 2020, se les pide que estén más cerca de las comunidades, que trabajen de la mano y en equipo, pues es la única forma para salir adelante de la crisis económica y social en que se encuentra La Guajira.