Riohacha sigue creciendo de manera desordenada, ante una administración que no ha logrado ejercer la autoridad necesaria para frenar los cordones de miseria que se están formando en la capital de La Guajira.
La radiografía de la ciudad es oscura, porque se está frente a más de 30 asentamientos habitados por población propia y migrante, que viven en unas condiciones lamentables.
Esos nuevos asentamientos agravan entonces la prestación de los servicios públicos especialmente el de acueducto, alcantarillado, energía y aseo como también la invasión de espacio público y la movilidad.
Es decir, se está en una ciudad donde su población no tiene garantías para disfrutar de una mejor calidad de vida.
Es tan evidente la falta de autoridad, que se está permitiendo construcciones a lado y lado de la famosa calle 40, la cual se pretende pavimentar y es considerada como una importante vía que atraviesa la ciudad, y que se convierte en facilitadora de la movilidad de los ciudadanos en la capital de La Guajira.
El llamado entonces al alcalde José Ramiro Bermúdez, para que junto a su equipo de gobierno, y los concejales analicen detenidamente lo que está sucediendo, para generar las soluciones que la comunidad está exigiendo, y evitar que los problemas se vuelvan inmanejables.
La gente merece vivir dignamente, responsabilidad que recae inicialmente en la administración Distrital, quienes pueden también hacer causa común con la administración departamental y la empresa privada, para generar algunas iniciativas en procura de buscar solución a problemas que en el tiempo aún no se superan.
Señor alcalde, usted tiene la palabra, es hora de demostrar con hechos su autoridad, pero también su visión a largo plazo para dejar sentadas las bases de ese crecimiento ordenada de la ciudad, que se traduce en la prestación eficiente de los servicios públicos que ayudará a que la comunidad goce de mejor calidad de vida.