De la boca de Sneider Pinilla Álvarez, comenzó a salir ‘candela’ para aumentar la intensidad del fuego de una hoguera que amenaza con sus llamas, a muchas cabezas grandes e importantes en Colombia. ¿Será que llegó la hora de ponerle el ‘cascabel’ al gato? Creo que estamos en la etapa del ‘tapa tapa’. Hay que entender que, a mayor tamaño de las cabezas, emergen muchos intereses que se convierten en palos atravesados en el camino para la justicia.
El exalcalde de Sabana de Torres, Santander, prendió el ‘ventilador’, pero hasta el momento solo soplan vientos que calientan escenarios y, sin empapelar a los verdaderos comprometidos en los sonados casos de los camiones, las ‘ollas comunitarias’, los tanques de almacenamientos y demás negocios turbios realizados durante la era de Olmedo López, a quien llevaron a la Unidad Nacional del Riesgo, para calmar la crisis humanitaria de La Guajira y otros eventos críticos que afronta el país, pero la convirtió en un nido de negociados de alta turbiedad.
Es hora de acabar las pantomimas, las cortinas de humos y llamar a los actores por sus verdaderos nombres y sus márgenes de participación en el millonario negociado, en donde se encuentran ‘embolatados’ miles de millones de pesos, mientras a la gente de la península, cada día le aumentan sus niveles de padecimientos.
Parece que los peces grandes y gordos del gran botín se encuentran esparcidos en el interior del país. Los peces pequeños que solo alcanzaron ‘picadas’ y promesas de darles un gran botín, están en las regiones, entre ellas La Guajira. El botín fue sectorizado. En la compra de los millonarios camiones, habrían participado congresistas y funcionarios de alto rango.
En las ‘ollas comunitarias’ el negocio central corresponde a los grandes restaurantes bogotanos, en cuyas mesas se celebraron los contratos. En La Guajira el ‘polvo’ de la impunidad se llevó más de 61 mil millones de pesos, en supuestas 470 mesas, cuyos operadores duermen plácidamente en hermosos chinchorros de sus casas fincas.
A todo lo anterior, se suma el famoso negocio de los tanques de almacenamiento, que llegaron sin ser vistos y los cuales, se entregaron, pero, no cumplen con sus objetivos fundamentales. Muchos de los tanques se han cristalizados en los patios donde son guardados.
Parece, al menos eso se maneja en el ‘bajo mundo informativo’ que los carrotanques, comenzaron a cambiar de garajes. Los están trasladando a diferentes lugares. Algunos comenzaron a ser desvalijados. En un garaje del sur de Riohacha, se produjo un incendio, pero no se ha informado si los vehículos sufrieron afectación.
La ciudadanía requiere que se hable claro. La crisis humanitaria va en aumento y no soporta más ‘pañitos de agua tibia’. Mucho bla blá, sin que los legítimos actores sean llamados a responder por el millonario desfalco.