Hacemos un reconocimiento a los valerosos y valerosas vacunadores y vacunadoras quienes para cumplir con su misión, les ha correspondido transitar por los terrenos áridos, erosionados, desérticos, quebrados, lluviosos, pantanosos y si de movilizarse se trata en las horas del mediodía, le corresponde a cada uno de ellos desplazarse con un sol canicular, y luego encontrar a una población distante y poco conectada a la realidad departamental y nacional, enfrentando y atravesando las adversidades de los accidentes geográficos con una densidad poblacional que supera el 60% de ruralidad, integrada por rancherías y con alto desconocimiento del sentido y el significado de la vacuna del Covid-19
Nuestros hombres y mujeres tienen la responsabilidad de cumplir con su misión de llevar el pinchazo que salva la vida, mientras que nuestros inoculados tienen el derecho de aceptar o rechazar el biológico que reduce una hospitalización ante una futura infección del Covid-19, pero los dos cuentan con unos deberes que particularmente tienen que respetar al momento de conjugar con los derechos de las partes.
Un reconocimiento a esas personas que ante la adversidad del tiempo, se tropiezan con las dificultades al momento del desplazamiento, pero también se convierten en testigos mudos de la pobreza y el hambre que hay en muchos hogares de los puntos marginados de nuestra península a donde llegan con la vacuna de la vida, pero no con un pan que pueda calmar la inanición.
Nuestro reconocimiento también para los fumigadores quienes desde el vehículo expulsan el químico en contra del mosquito que transmite la enfermedad epidémica del dengue, tal vez con un trabajo menos dispendioso que los vacunadores, pero más peligroso por el constante consumo del larvicida, especialmente porque en esta temporada de sequía es donde los casos positivos de dengue comienzan a aumentarse.
Vacunadores y fumigadores hacen un papel importante en nuestra sociedad al momento de aplicar el biológico que reduce la mortalidad asociada al Covid-19 o al momento de expulsar el químico acompañado de un sonido ensordecedor y un olor peculiar que elimina el enjambre del mosquito transmisor del dengue.
Debemos apoyar a nuestros vacunadores y fumigadores, personas que se exponen para reducir los efectos negativos del Covid-19 y el dengue.