Aunque faltan cuatro días para la inauguración del nuevo Puente Pumarejo, la nueva estructura que cruzará el río Magdalena y unirá al Atlántico con Magdalena, el Gobierno Nacional aún no ha definido cuál será el futuro del viejo puente. La ministra de Transporte, Ángela María Orozco, advirtió que la administración de Juan Manuel Santos no contempló que hacer con el puente Laureano Gómez cuando inició a construir el otro.
“Para la estructura vieja no se dejaron recursos y en este momento lo que se está evaluando son dos iniciativas privadas distintas”, dijo la funcionaria del alto Gobierno.
La incertidumbre alrededor del destino del puente viejo genera preocupación teniendo en cuenta que el nuevo fue construido para permitir la navegación de grandes buques río adentro, algo que dejó de ser posible en los años 70 por la construcción del ‘Pumarejo’ original, que es 30 metros más bajo que la nueva estructura.
Actualmente la propuesta más destacada para el viejo puente Pumarejo es derribar su sección media para permitir el paso de los barcos grandes y conservar sus extremos para fines turísticos.
El otro problema del nuevo Pumarejo
Además de la falta de dinero para demoler el puente Laureano Gómez, otro inconveniente que presenta en nuevo puente Pumarejo está relacionado con su posible alto tráfico vehicular.
Aunque la nueva obra cuenta con dos calzadas de seis tres carriles cada una, la carretera en sus extremos, tanto del lado de Barranquilla (Atlántico) como del lado de Sitionuevo (Magdalena), cuenta solo con una calzada de dos carriles, lo que podría producir un efecto embudo y un consecuente trancón en ambos lados del puente.