Luego de que el Gobierno Nacional autorizara la apertura de iglesias en todo el país desde el pasado 1 de septiembre, los templos católicos del departamento del Atlántico pusieron en marcha sus protocolos de bioseguridad exigidos para volver a abrir sus puertas a los feligreses.
A lo largo de Barranquilla y los municipios atlanticenses, los párrocos y sacerdotes se pusieron al frente de los procedimientos requeridos para que sus lugares de culto sean seguros para los creyentes que acuden a orar y escuchar las predicaciones.
Durante lo que resta de la pandemia, los fieles deben agendarse bien para asistir a las iglesias, dado que los templos no podrán acoger más de 50 personas en su interior por servicio. Además hay nuevas normas que seguir en los templos; los abrazos, besos y saludos de mano quedarán restringidos temporalmente.
Durante las eucaristías, gestos como el saludo de la paz serán omitidos y seguramente reemplazados por otro acto que no implique contacto físico. También se recomienda recibir la comunión en la mano y después lavársela usando gel o jabón antibacterial.
Los sacerdotes también tendrán que acogerse a normas sanitarias. Tendrán que usas tapabocas durante toda la misa, ritual que no deberá superar los 60 minutos de duración. La recogida de ofrendas deberá realizarse al final del servicio y en un recipiente de fácil lavado.
Por el momento el uso de monaguillos menores de edad durante los servicios se mantendrá restringido.