La alcaldía de Santa Marta se ha visto envuelta en un nuevo escándalo debido a que al menos tres funcionarios asociados a la administración de Virna Johnson están registrados en el Sisbén como personas en situación de pobreza extrema y pobreza moderada, a pesar de tener salarios entre cuatro y siete millones de pesos.
El primer funcionario sería Rafael de Jesús Rebolledo Gil, quien trabaja en la alcaldía para el fortalecimiento institucional de la oficina para las comunidades se ha declarado en pobreza extrema en el Sisbén a pesar de ganar un sueldo mensual superior a los tres millones de pesos.
Adicionalmente, se conoció que Nizay Cuesta Benítez, quien desempeña el cargo de coordinadora del Programa de Alimentación Escolar del Distrito, figura en la lista de población vulnerable de Santa Marta. A pesar de ello, actualmente Cuesta Benítez recibe un salario mensual de 7.000.000 de pesos por sus servicios como ingeniera industrial, encargada de coordinar y liderar el equipo de apoyo en la supervisión del PAE en el Distrito de Santa Marta.
Asimismo se conoció un nuevo caso relacionado con contratistas de la administración distrital que también figuran en el Sisbén como personas en condición de pobreza. En este caso, Ana María Correa Labarcés, contratista de la Secretaría de Planeación y pareja sentimental de Rafael Rebolledo, el primer contratista descubierto como ‘pobre’, aparece como persona con ‘pobreza moderada’ a pesar de tener un contrato cercano a los 10.000.000 de pesos.
Resulta llamativo que estos empleados municipales aparezcan en el Sisbén y sean elegibles para recibir incentivos económicos por parte del Gobierno Nacional.
Cabe destacar que la pareja sentimental de Rebolledo Gil es quien coordina el proceso de sisbenización desde la alcaldía, a través de la Secretaría de Promoción Social.
En resumen, Rafael de Jesús Rebolledo Gil aparece en la categoría A1, la cual corresponde a las personas más pobres, mientras que Nizay Cuesta Benítez, coordinadora del Programa de Alimentación Escolar del Distrito, aparece en la categoría A2 con pobreza extrema. Por su parte, Ana María Correa Labarcés, quien trabaja en la Secretaría de Planeación, aparece en la categoría B1, lo que indica que según el registro en el Sisbén tiene pobreza moderada.
Es importante señalar que a principios de este año, el Sisbén llevó a cabo una jornada de actualización con el objetivo de identificar a los ciudadanos en extrema pobreza y beneficiarlos con incentivos sociales y económicos, como el reciente giro bimensual de 1.000.000 de pesos.