La recepción mayoritariamente negativa que ha recibido la creación de la Superliga de Europa por parte hinchas, asociaciones de fútbol y hasta varios gobiernos ya comienza a surtir efectos en la naciente competición.
Este martes Manchester City y Chelsea dieron inicio al proceso para abandonar la Superliga, pese a que 48 horas antes habían anunciado su incorporación al certamen como clubes fundadores. A esto se suma que Ed Woodward, presidente del Manchester United y vicepresidente de la nueva competición renunció. Además en España se especula que el Barcelona estaría a punto de tomar la misma decisión.
En Liverpool, el técnico Jürgen Klopp ya estaría gestionando ante los directivos del club la deserción del equipo de la Superliga.
Cabe recordar que la UEFA amenazó a los clubes de la Superliga con descalificarlos de todas sus competencias si no desisten de sus planes de crear un torneo independiente. Además advirtió que los jugadores de dichos equipos quedarían vetados de la Eurocopa y el Mundial de Fútbol. Por su parte el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, también ratificó su rechazo a la nueva liga europea.
Además los jugadores de clubes de todo el mundo, incluyendo los de la misma Superliga, no desean disputar la nueva competencia. Además dirigentes políticos como el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson; el presidente de Francia Emmanuel Macron, y hasta el papa Francisco, también han criticado a la Superliga por considerarla un torneo excluyente y que atenta contra el espíritu deportivo.
Ante la ola de críticas y protestas, la junta directiva de la Superliga decidió postergar por un año la puesta en marcha del certamen, para poder dialogar con las asociaciones de fútbol y llegar a un consenso que permita el desarrollo de la Superliga sin conflictos.