La población de Riohacha sigue creciendo, generando nuevos asentamientos en distintos sitios de la ciudad que empezó a mostrar la debilidad de la administración distrital en la prestación de los servicios públicos y en la generación de empleo.
La situación es bastante compleja, si se tiene en cuenta la alta población migrante y retornados de Venezuela, que encontraron en la capital de La Guajira, un sitio para vivir.
Los nuevos asentamientos nacen de la necesidad de quienes llegan, pero también de nacidos en la capital, que en el tiempo no han logrado un techo propio.
Ese crecimiento acelerado de la población de Riohacha, especialmente asentada en zonas vulnerables, malogró la visión del operador Asaa, que desde su llegada presentó proyectos a las distintas administraciones locales, con el fin optimizar el servicio de acueducto.
Hoy varios de esos proyectos se encuentran unos ejecutados y otros en ejecución, pero infortunadamente no causan el impacto esperado por factores como el ya anotado, y otros que se añaden a problemas enquistados como fraudes y uso inadecuado del preciado líquido.
Para el año 2014, cuando se identificaron las obras requeridas para aumentar cobertura y continuidad, la ciudad contaba con algo más de 144.000 habitantes. Los sectores sin redes fueron registrados y tenidos en cuenta en los proyectos de ampliación, igual se consideró que con más módulos de producción en la Planta de Tratamiento, 100 l/s aportarían al sueño de los riohacheros de contar con más tiempo del servicio. Para afrontar la vulnerabilidad de la línea de conducción era suficiente un sistema de respaldo, que hoy se está convirtiendo en una alternativa para atender la demanda.
A los ítems anteriores se suman las pérdidas en la línea de conducción que pasaron del 20 al 30% por la gran cantidad de intervenciones por terceros no autorizados, que se tienen sobre esta tubería a lo largo de sus 46 kilómetros de recorrido, sobre lo cual no puede actuar la empresa porque nunca hubo una constitución de servidumbre en predios privados por donde pasa la tubería, como lo manda la ley.
Con esas condiciones, no han sido suficientes los esfuerzos de la empresa operadora del acueducto, que han estado acompañados por un largo periodo de inestabilidad institucional, que sin duda, contribuyó a la falta de control sobre el impresionante crecimiento de la población que ahora afecta el servicio porque la necesidad de abastecerse es mayor que la conciencia de no dañar un bien público y no afectar un servicio esencial.
De acuerdo a informaciones recogidas por la empresa en el trabajo diario de gestión social, comercial y técnica, se han unido una treintena de sectores de invasión, en tres puntos cardinales de la ciudad, y en todos se hayan conexiones antitécnicas para abastecer a las millares de personas asentadas en esos lugares. Todas estas invasiones hoy se abastecen ilegalmente desde el sistema de acueducto de la ciudad, ocasionando desabastecimiento en los sectores más altos.
De las 6 zonas hidráulicas los No. 1, que corresponde al Centro Histórico y el No. 4 que cubre una amplia área poblada de la ciudad, no tienen impacto directo por invasiones, pero igual perciben deficiencias en la prestación del servicio. Los sectores hidráulicos 3, 5 y 6 sufren mayor deficiencia a causa de la cercanía con las invasiones.
Hoy la ciudad cuenta con 31 puntos de invasión: 17 de Octubre, 2 de Febrero, Cristo Rey, Las María, Los Trupillos, San Jacinto, Villa Belén, Villa Florida, Villa Jaime, Brisas del Mar, La Provincia de Padilla, Nueva Guajira, Villa Deseo, Brisas del Norte, La Bendición de Dios, El Triunfo, Las Monjas, Villa Iler, Barrio Belén, Villa Gnecco, Los Dueños de Riohacha, 12 de Octubre, Nueva Jerusalén, Detrás de Los Cerezos, Brisas del Mar, El Guajirito, Las María (nuevas etapas), Villa del Sur, Bello Sur, La Bendición y Jorge Magdalniel.
Las autoridades migratorias reconocen que la cifra oficial de migrantes en La Guajira es 150.806 y del Distrito de Riohacha 47.172.
Sin embargo, anotan que se estima que solo en el casco urbano, podrían estar más de 80.000 migrantes que se han quedado de manera permanente y en su mayoría, en condiciones vulnerables.
Así las cosas, como se anotó en un aparte del documento, con estas condiciones se genera un incremento en la demanda del agua potable.
Si comparamos la proyección de la población del Dane en el casco urbano de Riohacha para el 2021 con la cifra extraoficialmente comentada por Migración Colombia, esta representa un poco más el 50% de los habitantes de la ciudad.
La situación requiere entonces, que el Distrito de Riohacha defina las acciones que sean necesarias para que los pobladores de la ciudad puedan gozar de mejores condiciones de vida, que solo se logrará en la medida de que se optimice la prestación de los servicios públicos.