Con el propósito de mantener el estatus sanitario de país con riesgo insignificante para la encefalopatía espongiforme bovina –EEB–, más conocida como la enfermedad de las vacas locas, el ICA realizó una inspección a la planta Frigosinú, ubicada en Montería, Córdoba.
Los funcionarios realizaron auditorías técnicas a las plantas productoras de harina de origen animal, verificaron que la empresa cumpliera con todas las normas contenidas en la legislación vigente y que en el rotulado del empaque de la harina lleve la leyenda: ‘Prohibido su uso en la alimentación de rumiantes’.
“Desde el ICA trabajamos para mantener la condición sanitaria de país con riesgo insignificante para la EEB, por eso es necesario realizar inspección, vigilancia y control en las plantas productoras de harinas de origen animal, teniendo en cuenta que el consumo de alimentos elaborados con harinas de origen de animales rumiantes, puede producir la enfermedad”, indicó la gerente seccional del ICA en Córdoba, Tany Luz Padilla.
La encefalopatía espongiforme bovina también conocida como la enfermedad de la vaca loca, es una enfermedad neurológica, degenerativa, progresiva, transmisible y mortal del ganado bovino adulto.