De acuerdo al estudio ‘Castigo físico: la voz de los niños en Colombia’, publicado por la Universidad de la Sabana y Alianza por la Niñez Colombiana, los golpes siguien siendo parte de la crianza de más de la mitad de los niños del país. 928 infantes de 23 departamentos fueron encuestados para esta investigación y el 52% de ellos reconoció que recibe algún tipo de golpe.
La novedad de este estudio consiste en que los niños explican lo que sienten cuando son castigados por sus padres, expresan las razones por las que creen que son golpeados y propusieron alternativas para evitar ser agredidos.
Uno de los resultados que dejó preocupados a los investigadores, es que algunos menores prefieren ser educados con gritos e insultos antes que ser golpeados, lo que significa que el castigo físico es tan doloroso que prefieron el maltrato psicológico.
«La academia y la población en general tratan el tema del castigo físico, pero desde por qué el adulto debería o no hacerlo, pero poco se ha explorado qué piensa la víctima, cuando bien los niños nos pueden orientar sobre cómo deberíamos educarlos», explicó Martha Rocío González, investigadora del estudio y doctora en psicología.
Otro de los datos develados por la investigación es que el 47% de los padres usa algún objeto para golpear a sus hijos; como correas, palos y zapatos. Un 37% restante le da palmadas a los pequeños, el 29% un pellizco, el 20% una cachetada y el 7,9% una golpiza. Lo más grave es que la intensidad del castigo aumenta conforme los menores van creciendo. Para los adolescentes la correción los hace blanco de patadas y puños.
En el estudio se reveló que el 69,9% de los niños creen que los castigan por portarse mal y un 54,2% por no hacer caso. Ante esta situación la doctora González asegura que existen alternativas para educar a los niños sin el uso de la violencia.
«Por ejemplo, el monitoreo, es una práctica parental positiva, que se fundamenta en la confianza y previene comportamientos agresivos; también está la disciplina inductiva, es decir, los padres ayudan a reflexionar a sus hijos sobre su comportamiento y cómo afecta a otros. Y por último, el apoyo y la aceptación, generalmente los padres castigan a sus niños porque no cumplen sus expectativas, porque se portaron mal. El papá debe aceptar ciertas características de su hijo, después de aceptarlo, viene el apoyo. Estas son prácticas que nos permiten corregir el comportamiento del niño y no a la persona».
Aunque en Colombia la ley permite que los padres golpeen a sus hijos, la investigación muestra que este tipo de métodos de correción tienen efecto negativos en el desarrollo emocional y cognitivo de los menores. Según este estudio, los niños entre 6 y 11 años sienten miedo, rabia y tristeza tras ser golpeados. Pero los niños entre 12 y 14 años desarrollan sentimientos de rabia y odio.
Por todo lo anterior, los investigadores de la Universidad de la Sabana creen que este trabajo académico les ayudará a promover campañas para la eliminación del maltrato físico en Colombia e impulsar normativas que disminuyan este tipo de prácticas.