En medio de un estricto toque de queda para evitar la propagación del Covid-19, las autoridades de la ciudad de Belén, Cisjordania, realizaron el tradicional encendido del árbol de navidad de la Iglesia de la Natividad.
Este año el acto se realizó sin público y fue el primer ministro de Palestina, Mohammed Shtayyeh, el encargado de encender el árbol a distancia. Para lograrlo utilizó un control remoto.
En condiciones normales cientos de palestinos y peregrinos de otras partes del mundo acuden al encendido del árbol en la plaza de la Mangeoire, ubicada frente al sitio donde la tradición local dice que nació Jesús de Nazaret en el primer siglo de la era moderna.
Pero en esta ocasión las puertas de la ciudad están cerradas para los visitantes y los residentes deben mantenerse bajo estricta cuarentena en sus casas durante la tarde y la noche, con el fin de bajar la curva de contagios en esa región.
Cisjordania, territorio palestino de 2,8 millones de habitantes ocupado por Israel desde 1967, ha registrado 71.703 casos de contagio por nuevo coronavirus y 678 fallecimientos.