Tras siete meses de estudios en casa, 1,4 millones de estudiantes de la Wuhan volvieron a clases presenciales en los más de 2.800 colegios de esa ciudad china, conocida internacionalmente por ser lugar de origen de la pandemia de Covid-19.
Si bien casi todos los estudiantes se vieron entusiastas por reencontrarse con sus maestros y compañeros, se someten a las medidas de bioseguridad necesarias para evitar que las aulas se conviertan en fuente de contagio.
En cada una de las instituciones educativas de Wuhan, los niños son sometidos a tomas de temperatura de manera regular y los docentes están pendientes del estado de salud de los menores.
Pese al riesgo, los padres de familia agradecen que sus hijos puedan volver a tomar sus clases en sus colegios, pues consideran que los salones son los espacios más adecuados para su aprendizaje.
“Durante la epidemia, los niños estuvieron en casa durante más de medio año y en todos los aspectos no pudieron estudiar tan bien como en la escuela”, expresó Wei Fanling, madre de un estudiante de doce años que retornó a clases.
Pese a su entusiasmo, Wei tiene claro que el coronavirus no se ha ido.
Cabe recordar que Wuhan, ubicada en el centro de China, fue la ciudad donde se registraron los primeros casos de Covid-19 en diciembre del año pasado. Tras superar el pico de contagios, acumuló 3.869 muertes por la enfermedad, aunque desde mayo pasado no se han vuelto a presentar transmisiones locales.