Cientos de bolsonaristas invadieron el Congreso de Brasil, reclamando una intervención militar para derrocar al presidente Lula da Silva, que tomó posesión de su cargo el pasado 1 de enero.
El grupo, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado.
El área del Congreso había sido acordonada por parte de las autoridades, lugo de la llegada de varios autobuses con los seguidores del expresidente.
El senador Veneziano Vital do Rêgo, presidente interino del Senado, dijo a un medio local que los manifestantes lograron ingresar al edificio. No obstante, los policías han intentado dispersar a las personas con gas lacrimógeno.
Por otro lado, en Brasilia, como respuesta a las bombas, los manifestantes decidieron lanzar fuegos artificiales y arrojar barras de hierro y otros objetos en contra de los uniformados.
De acuerdo con lo informado por el diario Folha, los manifestantes se encontraban en Cuartel General del Ejército y llegaron a la Explanada.
Donde inicialmente se concentraron frente al Ministerio de Justicia y seguidamente, un grupo de personas invadió la zona alta y el área interna del Congreso. Inmediatamente, los manifestantes se dirigieron hasta la Plaza de los Tres Poderes, donde hubo un enfrentamiento y continuaron hacia el Palacio de Planalto.
Lula da Silva actualmente no se encuentra en Brasilia. Se conoce que viajó a Araraquara, en Sao Paulo, para acompañar a las víctimas de las fuertes lluvias que han afectado la zona.
Además, días antes de su gobierno anunció desmovilizar los campamentos de los bolsonaristas que se encontraban instalados en el cuartel del Ejército. De hecho, el miércoles 4 de enero, Flávio Dino, ministro de justicia aseguró que el viernes 6 de enero, resolverían las movilizaciones. Sin embargo, pasó lo contrario: el Gobierno no pudo expulsar a los manifestantes y tuvo que llamar a la Fuerza Nacional para reforzar la seguridad.