A las 11:59 p.m, hora de Washington, este 11 de mayo llegará a su fin la vigencia del Título 42, una norma que desde marzo de 2020, expedido durante la pandemia, ha permitido a las autoridades de Estados Unidos expulsar de forma expedita a los extranjeros que llegaban a sus fronteras.

Su aplicación que durante tres años derivó en más de 2,8 millones de expulsiones, de acuerdo con cifras del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., fue duramente criticado por las organizaciones de derechos humanos por considerar que era usado como arma para ejecutar expulsiones masivas y dejaba desprotegidos a los legítimos solicitantes de asilo y refugio.
Establecida durante la presidencia de Donald Trump, esta medida había sido cuestionada por el actual mandatario, Joe Biden, quien tras llegar a la Casa Blanca intentó dejarla sin efecto, aunque no lo consiguió hasta ahora.
En los últimos meses, sin embargo, el fin del Título 42 ha sido motivo de preocupación para el gobierno estadounidense ante la posibilidad de que la extinción de esta norma derive en una llegada masiva de extranjeros que produzca una crisis en la frontera.
Temor no es exclusivo del Gobierno federal.
Tres ciudades fronterizas en Texas (Brownsville, Laredo y El Paso) se declararon en estado de emergencia, mientras que el gobernador de este estado, Greg Abbott, anunció el despliegue de la unidad táctica fronteriza de la Guardia Nacional «para que ayude a interceptar y repelar a grandes grupos de migrantes que intenten entrar a Texas ilegalmente».
Por su parte, el Gobierno federal envió 1.500 soldados que darán apoyo a la patrulla fronteriza, aunque no ejecutarán funciones policiales.Las autoridades estadounidenses temen que se produzca una ola migratoria de grandes proporciones, pues estiman que en el norte de México hay más de 150.000 migrantes esperando en albergues y campamentos el momento de cruzar la frontera, según informó CNN.
A partir de la expiración del Título 42, calculan que se presentarán ante sus fronteras hasta 13.000 migrantes diarios, cifra que duplica las llegadas que solían registrarse en un día promedio.
Para intentar evitar que la situación se escape de control, el gobierno de Biden anunció la aplicación de una nueva serie de medidas que tienen por objetivo formal «Mejorar la seguridad de la frontera, limitar la inmigración irregular y crear procesos adicionales seguros y ordenados para que las personas que huyen de crisis humanitarias puedan llegar legalmente a Estados Unidos».
En la práctica, sin embargo, estas decisiones implicarán que a partir de ahora se ejercerá un control más estricto sobre los migrantes que llegan a las fronteras de EE.UU.

Mientras el Partido Republicano acusa a Biden de no hacer lo suficiente para proteger las fronteras de los migrantes, organizaciones de derechos humanos e incluso legisladores demócratas han criticado estas medidas anunciadas porque consideran que no son compatibles con la responsabilidad de proteger a personas que se encuentran en situaciones vulnerables en otros países.
Expulsión y sanciones para quienes entren a EE.UU. de forma irregular

A partir de la expiración del Título 42, volverá a aplicarse en la frontera el Título 8 que prevé la expulsión de Estados Unidos en cuestión de días de quienes ingresen al país de forma irregular.
Estas personas también tendrán prohibido ingresar a EE.UU. durante, al menos, un periodo de cinco años y podrían ser sometidas a un proceso penal si intentan ingresar nuevamente de forma irregular.Además, las autoridades han propuesto una norma que permitiría presumir que no son elegibles para recibir asilo, a menos que las familias también podrán ser sometidas al procedimiento de expulsión acelerada, aunque durante el procedimiento no permanezcan detenidas sino sujetas a medidas de supervisión reforzada como el toque de queda.
Fuente: BBC Mundo