Este viernes se conmemoran 35 años de la tragedia de Armero, el peor desastre natural de la historia del país que dejó más de 25 mil víctimas fatales en la noche del 13 de noviembre de 1985.
Cabe recordar que ese día, la erupción del volcán Nevado del Ruiz ocasionó que los glaciares en su cima se derritieran, convirtiéndose estos en gigantescas avalanchas de lodo que arrasaron con Armero, sepultando a la mayoría de sus habitantes para siempre. Solo un 10% de los residentes de la población tolimense sobrevivieron a los lahares.
Además el volcán expulsó otra avalancha que bajó hasta el departamento de Caldas y dejó otras 3.000 muertes en zona rural del municipio de Chinchiná.
Las imágenes de Armero sepultado bajo el lodo volcánico le dieron la vuelta al mundo a la mañana siguiente, pero sin duda la escena más impactante de la tragedia fue la de Omaira Sánchez, la niña de 13 años que quedó enterrada hasta el cuello y pese a los esfuerzos de los socorristas, murió tras una larga agonía frente a las cámaras de televisión y los ojos de millones de espectadores en el país y el planeta.
El desastre dejó a toda la nación sumida en una profunda tristeza, y le dejó a Colombia una dura lección sobre la importancia de contar con sistemas de gestión de riesgo que puedan salvar la vida de los ciudadanos ante las fuerzas de la naturaleza.
Más de tres décadas después otra gran catástrofe natural, la única que infortunadamente superó a tragedia de Armero en número de víctimas mortales, impide que la conmemoración de la fecha se desarrolle con normalidad. Para este año el Gobierno Nacional dispuso de un acto solemne de manera virtual para recordar a las víctimas de la erupción volcánica.