La aparición de la nueva variante del Covid-19, Ómicron, ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo, principalmente luego que la Organización Mundial de la Salud la declaró de interés y preocupación.
Colombia por su parte ya hace vigilancia activa e invita a la ciudadanía a mantener la calma, pero con medidas.
Según el director de Epidemiología y Demografía, Julián Fernández Niño, Colombia cuenta con una estrategia genómica con muestreos inteligentes que se hace en determinados grupos de riesgo, identifica incrementos inusuales, tiene en cuenta a los viajeros, entre otros grupos para hacer secuenciamiento genómico para identificar las variantes.
«Adicionalmente el Instituto Nacional de Salud –INS– realiza un estudio probabilístico que permite estimar lo proporción de los casos que corresponde a cada variable y describir cómo ha sido la preponderancia de una variante particular el tiempo. Eso nos permite observar que la variante predominante en 2021 en Colombia fue Mu, que progresivamente fue reemplazada por la variante Delta», dijo Fernández.
En tal sentido es una combinación de estrategias de vigilancia, en la que también se incluye la genómica, orientada a eventos de salud pública y el muestreo probabilístico. Todo en cabeza del INS y con el apoyo de la Red de Laboratorios de Salud Pública.
Aunque algunos países han tomado medidas drásticas de cara a Ómicron, es de tener en cuenta que Colombia se encuentra en un momento epidemiológico diferente al que se vivía en 2020. «El año pasado teníamos muy poca información sobre el comportamiento de las nuevas variantes a nivel epidemiológico, segundo no teníamos vacunas y tercero no teníamos datos sobre la efectividad de muchas de las medidas», explicó Fernández.
Hoy en día se sabe que el cierre de fronteras no es una medida efectiva para evitar la propagación de nuevas variantes al interior de un país, según explicó el director. «Es una medida que no es efectiva, pero además no es sostenible en el tiempo, y profunde grandes impactos sociales», añadió.
En el caso particular de Ómicron es importante tener en cuenta el lugar donde se identificó la variante y en donde se originó. Quiere decir que no por el hecho que haya sido identifica en Sudáfrica, éste sea el país de origen.
En tal sentido, es probable que otros países de África tengan una similar o incluso mayor propagación de Ómicron, pero sencillamente no tienen las capacidades para detectarlo.
Por lo pronto ya más de 25 países del mundo han confirmado presencia de la nueva variante, en su mayoría casos importados.
Con tal escenario, es algunas semanas Ómicron estaría ampliamente con presencia en la mayoría del mundo, lo que hace poco coherente cerrar vuelos de un país en particular.
«Además que es una medida que puede ser considerada como discriminativa y puede desincentivar a los países a reportar casos, porque es como castigar la disciplina de la vigilancia, pero además produce costos sociales y económicos muy grandes», puntualizó el director.