Durante las audiencias de aporte a la verdad, el excomandante del Bloque Norte de las AUC, Rodrigo Tovar ‘Jorge 40′, manifestó sentirse “arrepentido” por los crímenes perpetrados por el paramilitarismo en la costa Caribe.
Todo lo anterior, refiriéndose a las víctimas no como víctimas, sino como “supervivientes” de acuerdo con su posición personal, afirmando que a su juicio es más “dignificante”.
“Señores y señoras supervivientes desde mi más esencial intimidad quiero declararles que me siento profundamente arrepentido por todo del daño causado a cada uno de ustedes en cualquier lugar, vereda, pueblo y ciudad en el Caribe colombiano producto de mis acciones como tercero o combatiente”, dijo en uno de los apartes de su intervención ayer jueves.
También expresó su respaldo a la política de ‘paz total’ del Presidente Gustavo Petro, sobre la cual expresó estar “muy comprometido” para que la sociedad “deje de matarse porque pensemos distinto”.
En la audiencia de este viernes, ‘Jorge 40’ reveló cómo se vinculó a las autodefensas y relató que, como ciudadano, fue tercero colaborador de las Farc, del ELN y de organizaciones paramilitares.
Aseguró que el abandono estatal y la violencia generada por la presencia de grupos armados ilegales en Valledupar, lo llevaron a vincularse con el conflicto.
En su intervención, el excomandante del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), contó que junto a su familia fue víctima, durante varios años, de extorsiones perpetradas por la Comisión César del Frente 6 de Diciembre del ELN.
Expresó que todo comenzó en 1995, en medio de la racha de violencia que incluyó el intento de secuestro de su padre, leyó en una revista de circulación nacional una entrevista realizada al máximo líder de las AUC, Carlos Castaño Gil. Señaló que ese artículo despertó su interés, razón por la que buscó a los integrantes de esa estructura que hacían presencia en el municipio de Pailitas, Cesar.
Allí conoció a alias Luis Ábrego, comandante paramilitar que le explicó cómo funcionaban las autodefensas en esta zona del país. Dijo que esta conexión derivó en su primer aporte a la estructura, que fue la entrega de dos miembros del ELN.
En un segundo encuentro con Ábrego, en 1996, le comentó que al siguiente día debía pagar el ‘impuesto a la revolución’ al ELN.
“La cita era en el Caño de la Playa, ahí llegué a pagar la cuota de 1996. Efectivamente estaban de civil dos guerrilleros que eran conocidos en esa región como Giovanny y ‘el Flaco’. Luis me dijo que el indicativo para que él supiera que los que andaban conmigo si eran guerrilleros era “aquí con mis trabajadores haciendo unas diligencias”. Entonces entrego mi plata, me piden el favor de llevarlos a la galería y arrancamos para Valledupar”, relató.
Después de este episodio, en agosto de 1996, solicitando inicialmente un espacio para hablar con Carlos Castaño, Jorge 40 conoció en un hotel del municipio de Bosconia (Cesar) a Salvatore Mancuso, quien era comandante de zona. Pasadas varias semanas, dijo, empezaron a trabajar juntos.