El primer caso se registró en el barrio Los Mayalitos cuando un menor de 12 años identificado como Santiago Brito Orozco, estudiante de séptimo grado la Institución Educativa Nuestra Señora del Carmen, fue impactado por un vehículo tipo cisterna y no sobrevivió a las lesiones. Tras su deceso, los compañeros de clase de su colegio y sus familiares le rindieron un homenaje para despedirlo.
El otro caso fue el de Gregorio Arévalo Guerrero, un hombre natural de Dibulla quien vivía en Fonseca y se desplazaba a bordo de su motocicleta por Hatonuevo cuando fue arrollado por otro vehículo no identificado. La víctima murió cuando era trasladada en ambulancia hacia un hospital en San Juan del Cesar.