Un niño de 10 años, integrante de una familia extranjera, llegó con un clavo de tres pulgadas (7 centímetros y medio), incrustado en su ojo izquierdo, el cual penetró el cráneo y perforó el tejido cerebral, fue operado de manera exitosa por el equipo neurocirujano de la Clínica Cedes de Riohacha.
El menor inicialmente llegó al Hospital Nuestra Señora de los Remedios, desde donde lo remiten a la Clínica Cedes, donde se le valora y el equipo médico asumió el reto de la operación que duró dos horas.
La neurocirujana Johnna Valdeblánquez, en diálogo con Diario del Norte, explicó que el paciente fue llevado a quirófano, donde se le realizó una craneotomía frontal izquierda para poder exponer todo el tejido cerebral del lóbulo frontal de ese lado, y en conjunto con oftalmología fueron extrayendo poco el objeto para ir evaluando el daño secundario.
Explicó que se analizó que no había como tal un daño intracerebral grave que llevara a una pérdida de tejido cerebral.
Acotó que en el niño se pudo visualizar la extracción del objeto, se reparó el daño que había de una fuga de líquido cefalorraquídeo bastante grande, se reparó la parte del hueso por donde penetró el clavo y se reconstruyó todo.
“Su cerebro permitió que se pudiera hacer una reconstrucción total, se pudo recolocar su calota craneal que se había cortado y hacer toda la reconstrucción, hasta piel”, informó.
La neurocirujana explicó que la parte de oftalmología también valoró el globo ocular, el cual se mantuvo indemne, es decir durante la cirugía se confirmó que no había daño, sangrado o lesión corneal o de algún músculo o nervio del ojo.
Precisó que terminado el procedimiento, se trasladó al paciente a una Unidad de Cuidados Intensivos, y se logra la extubación exitosa sin ningún tipo de daño neurológico.
El niño conserva su visión, sin ningún tipo de déficit. La trayectoria del clavo fue tangencial, que evitó el daño ocular; y sobre el daño cerebral, dijo que hay que esperar, puesto que el objeto que se incrustó estaba sucio, pero que se han tomado todas las medidas y tratamiento con antibiótico.
Además de la neurocirujana participaron el oftalmólogo Jesús Mindiola, el anestesiólogo Jairo Brito, enfermeras, auxiliares y el equipo de la UCI.
Se conoció que el menor jugaba con un arma artesanal que fabrican con tubos y clavos y se disparó accidentalmente.