En Casa Indígena de la ciudad de Riohacha, dos familias de la etnia wayuú firmaron un pacto de no agresión, por un caso que tuvo protagonismo hace más de 20 años, en el que tres personas perdieron la vida, entre ellos un menor.
A pesar del paso del tiempo, y por la mediación del palabrero, el cual juega un papel importante entre la Nación Wayuú, se pudo llegar a un acuerdo entre las dos partes, comprometiéndose los agresores en indemnizar a los agraviados por la suma de $200 millones. Luego, la justicia ordinaria estará aplicando el enfoque diferencial para levantar la condena domiciliaria que purga la persona que cometió la falta.
El proceso de conciliación entre la familia Henríquez del clan Ipuana, y José Enrique Santiago Ebrat, se inició hace 6 meses con la mediación del palabrero, que hizo la conciliación entre las familias, con el ánimo de que termine la pugna y lograr que reine la paz entre ambas partes.
Orangel Gouriyú, miembro de la junta de palabreros, quien tiene una vasta experiencia y conocimiento, y además ha marcado un hito en la Nación Wayuú, afirmó que “la guerra entre familias no trae resultados positivos para las nuevas generaciones”.
En la reunión estuvieron presentes Roberto Hernández, delegado de la Fiscalía; Deis José Siosi, de la Defensoría; Aldo Enrique Barros, asesor de la junta de palabreros; Aníbal Mercado y Claro Cotes Vásquez de la Defensoría.
Además, ambas familias estuvieron acompañadas de sus abogados y palabreros, y acordaron iniciar el proceso de paz, previo al primer pago de 100 millones de pesos, el cual recibe la autoridad tradicional en representación de la familia Henríquez Ipuana, residente en el área rural de Uribia.
Mientras tanto, el resto hasta completar lo pactado, estará siendo entregado en dos cuotas. La segunda se hará 8 de agosto de 2020 o antes, de acuerdo al interés.