Cuando se celebra la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Candelaria en Caracolí, corregimiento de San Juan del Cesar, esta población ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, estrenará iglesia este 2 de febrero, gracias a que lo hijos de esta tierra se unieron para reconstruir esta edificación, con un aire moderno, pero conservado su esencia.
Esta es una construcción netamente comunitaria, donde los nativos de esta tierra residentes en ella y otros que no viven en dicha población, pero que llevan a su terruño en el alma, se unieron para hacer una obra que se ha convertido en su orgullo, y ejemplo para las comunidades restantes.
La construcción de esta edificación, fue realizada con los aportes de la ciudadanía, que espontáneamente aportó el dinero de acuerdo a su capacidad económica. Todo fue recibido y administrado por los líderes de este proyecto, sin importar que fueran 3 mil, 5 mil o quizás un millón de pesos o más, lo importante era la intención y la voluntad, alcanzando a reunir más de 95 millones de pesos, con cuentas claras, entregando cuenta de cada peso recibido e invertido en la obra, con la satisfacción de todos los aportantes.
En plena pandemia, los caracoliceros empezaron la tarea de la construcción, y en seis meses terminaron la obra. Hubo momentos con dificultades, pero la voluntad, el amor por su pueblo y la fe en la Virgen, fueron el motor que impulsó a los feligreses a realizar esta obra que hoy se convierte en el orgullo de todos sus pobladores.
Hubo varias clases de aportes, algunos económicos, otros fueron en especie, como materiales para la construcción o mano de obra para la adecuación en materia de pintura, redes eléctricas, otros cedieron sus terrenos para ampliar el área del templo católico, y algunos aportantes restauraron o donaron las imágenes de los santos que hacen parte de este lugar, como la Virgen de la Candelaria, Santa Elena, Sagrado Corazón, entre otros.
El diseño, la veeduría, elementos como adoquines, ventiladores, alumbrado exterior, sonido, asesoría, construcción y acompañamiento permanente en los trabajos, fueron de gran importancia para que esta iniciativa de los caracoliceros, tuviera un final feliz.
No habría mejor fecha para que los feligreses y la comunidad en general, estrenaran su iglesia, que el 2 de febrero, en medio de la fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria, a quien en Caracolí, le profesan gran devoción.
La motivación de la comunidad por tener una iglesia en mejores condiciones, y su construcción a feliz término, con la participación de los habitantes de Caracolí, en San Juan del Cesar, se ha convertido en un ejemplo para el resto de las comunidades, ya que lo hicieron con esfuerzo propio, dando a entender que no se puede depender de los gobiernos, ni hacerle lobby a las administraciones públicas para lograr algunos propósitos, reconociendo que algunas personas que cuentan con amigos en esta población, y otros que han conocido este lugar quedando encantados con su paisaje y entorno natural, también se vincularon a la causa.
Esta iglesia de la Candelaria renovada es fruto de la auto gestión, del empoderamiento y de las ganas de salir adelante por sí mismo.
Algunos de los líderes que estuvieron al frente de este proyecto fueron: Emel Camargo Cortés, los hermanos Mindiola, Alberto Ríos, Iván Mendoza, Carmen Maestre, y una larga lista de personas que a diario acompañaban a los trabajadores, opinaban, ayudaban en lo que pudieran y lo mejor, le pedían a la Virgen que los ayudara y los guiara para terminarle su casa, el lugar a donde todos la van a venerar y a darle las gracias por los favores recibidos.
Hoy, 2 de febrero, Caracolí está de fiesta por partida doble: estrenan su iglesia, construida con su esfuerzo y gracias a su infinita fe, pero además celebran el Día de la Virgen de la Candelaria con fe y devoción.