Comunidades asentadas en el municipio de Dibulla ven con preocupación la temporada de sequía que se está viviendo en el Departamento, ya que su mayor beneficio lo obtienen cuando llueve, debido a que se genera aumento del cauce de los afluentes que bajan de la Sierra Nevada y desembocan en el mar Caribe. Sin embargo, el recorrido ahora es demasiado corto para poder abastecer las áreas de cultivo, situación que conlleva a que se presente una emergencia.
La mayoría de los campesinos temen que el verano se extienda como en otras épocas en que los múltiples reservorios desaparecieron, teniendo que recurrir al uso de carros cisternas, como un paliativo para satisfacer algunas necesidades, ya que la extensión de cultivos de palma de aceite y banano acaparan gran parte del vital elemento, dejando a los minifundistas sin oportunidad de poder abrevar el ganado y los pequeños sembrados.
Es de mencionar que los sectores más afectados por este fenómeno se encuentran entre Mingueo y Campana Nuevo, donde se concentra la mayoría de cultivadores tradicionales, que no cuentan con los medios necesarios para la obtención de bombas hidráulicas para poder llevar el agua hasta sus parcelas y pequeños rebaños de ganado vacuno, lo cual desmejora los mismos y merma la producción lechera.
Cabe recordar que el ciclo de verano inició el pasado mes de diciembre, etapa que es aprovechada por los labriegos para preparar las áreas de cultivo y darle inicio a lo que ellos le llaman la primavera, la cual ha resultado infructuosa por la falta de lluvias, afectando además la economía de los pequeños productores que se encuentran ubicados en las cuencas de los ríos Cañas, Ma’Luisa y Jerez. Es de anotar que este último es el encargado de abastecer el acueducto regional de Dibulla, el cual surte a las poblaciones de Campana Nuevo, La Punta de los Remedios, la cabecera municipal y sus veredas.
Diario del Norte visitó las cuencas de los afluentes y se evidenció la angustia de los campesinos que viven la incertidumbre por el bajo nivel que presentan los ríos.
El clamor no se ha hecho esperar y la mayoría coincide en que la administración municipal debe preparar el plan de contingencia y abastecer mediante carrotanques a las comunidades que ya empiezan a sentir el rigor del verano, que como en otras épocas, no les permite efectuar las siembras tradicionales de yuca, maíz, frijol, ahuyama, ñame y demás productos de pancoger, siendo estos la única fuente de ingresos.
“El verano apenas comienza, tenemos que ir preparándonos para hacerle frente y no estar llorando sobre la leche derramada. Por ello estamos haciendo el llamado a las autoridades para que tomen las medidas pertinentes y nos apoyen con el abastecimiento del vital líquido”, afirmó un miembro de las comunidades que ve con preocupación la prolongación del verano.