Con la posesión de Nemesio Roys Garzón como gobernador de La Guajira, se vislumbra la puesta en marcha de diferentes proyectos que buscan estimular la economía del Departamento, en medio de la crisis financiera en que se encuentra.
En el marco de esas iniciativas, están los proyectos de energías alternativas que se vienen promoviendo tanto desde el Gobierno nacional como de diferentes empresas privadas.
El mandatario si bien entiende que esas iniciativas generan desarrollo a una región, sigue reiterando que La Guajira debe tener bien claro los beneficios a su favor, especialmente para las comunidades indígenas en cuyos territorios se pretenden instalar los grandes proyectos.
Roys Garzón recientemente reiteró su preocupación sobre el tema y aseguró que su gobierno inicialmente debe velar por el bienestar que esos proyectos les generen a las comunidades. “No puede volver a pasar como lo sucedido en el corregimiento de El Pájaro, donde se produce el gas que surte al país y solo hasta hace pocos años la comunidad logró gozar de ese beneficio”, expresó.
Las iniciativas
En relación con las posibilidades que tiene Colombia en la transformación de la matriz energética, en el desarrollo del primer Encuentro Internacional de Energías Renovables en Riohacha, Luis Gilberto Murillo, exministro de Medio Ambiente, reconoció que La Guajira es el departamento que cuenta con el mayor potencial.
“La Guajira deberá moverse del sector minero hacia la generación de energías renovables, ya que tiene el potencial para generar toda la energía y demanda de Colombia”, indicó.
El Atlas de Vientos y Energía Eólica de Colombia resalta que la intensidad de las corrientes de aire en la Alta Guajira convierte a la subregión en óptima para la generación energética.
Sus vientos alcanzan rangos entre los 5 m/s y 11 m/s durante todo el año, donde el mínimo permitido para estos fines es de 5 m/s. En complemento, el territorio cuenta con una experiencia probada y exitosa en este sector.
Desde el año 2004 en el municipio de Uribia se encuentra en operación el Parque Eólico Jepirachi con una capacidad de 19 MW (megavatios), propiedad de Empresas Públicas de Medellín –EPM–. Investigaciones del Centro de Pensamiento Guajira 360°, indican que para este 2020 se tiene previsto la entrada de nuevos actores en el proceso de generación de energía eólica a mayor escala.
Además, que de acuerdo al plan de expansión de generación de energía eólica diseñado por la Unidad de Planeación Minero Energética –Upme– se estima que en los próximos 5 años La Guajira aporte el 13% de la energía en la matriz de generación nacional, con una producción posible de 3.131 MW.
Para aprovechar todo el potencial eólico que tiene esta región del norte colombiano, se requiere superar diferentes obstáculos. Si bien se anunció la construcción de las líneas de interconexión de energía, su ejecución dependerá de la capacidad definitiva a conectar al sistema, por lo cual la Upme ha hecho un llamado a los distintos promotores de proyectos de generación eléctrica en La Guajira para que manifiesten su interés en la ejecución de los mismos.
En el departamento de La Guajira, el ordenamiento y el uso del territorio son cruciales para facilitar una estrategia de inclusión comunitaria durante el desarrollo de las iniciativas y proyectos en consistencia con el artículo 15 del Convenio 169 de OIT.
Los territorios con alto potencial eólico se encuentran ubicados en el resguardo indígena wayuú de la Alta y Media Guajira, y para su funcionamiento se requiere el procedimiento de la consulta previa. Entre las alternativas aplicadas para trabajar en armonía con las poblaciones, se encuentra un modelo de sociedad, donde comunidades y entidades territoriales participen como accionistas.
Un buen ejemplo lo constituye la empresa societaria de Servicios Públicos Integrales Wayuú S.A. E.S.P, constituida por 8 accionistas dentro de los cuales están las alcaldías de Manaure y Uribia, la Organización Nacional Indígena de Colombia –Onic–, la Asociación Waya Wayuú y cuatro accionistas privados, cada uno con una participación de capital suscrito del 12,5%.
Cabe destacar que esta empresa está desarrollando planes en conjunto con Isagen S.A. E.S.P en el Departamento. Aun así, de acuerdo a entrevistas realizadas a distintos actores del sector, existe la alerta sobre la presencia de nuevos interesados con intenciones de negociar con las comunidades sin generar los niveles de inclusión social requeridos y corriendo el riesgo que se determinen alianzas bajo modelos asistencialistas.
En este proceso, se hace necesario el acompañamiento de las entidades públicas como la Corporación Autónoma Regional de La Guajira –Corpoguajira–, el Sena, las alcaldías de Uribia, Manaure y Maicao, en conjunto con la Gobernación a través de la Secretaría de Asuntos Indígenas y la Defensoría del Pueblo.
Respaldo de otros sectores
Es bueno recordar algunas apreciaciones de Camilo Sánchez Ortega, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones –Andesco– en un artículo publicado recientemente en la revista Portafolio, cuando afirma que el desarrollo energético del país, en lo que tiene que ver con fuentes no convencionales de energía renovables, principalmente la eólica y fotovoltaica, se concentra buena parte en La Guajira.
Recordó que en las últimas subastas para nuevas plantas de generación, se asignaron obligaciones y contratos a desarrolladores que deberán instalar allí 1.575 MW a partir del 2022. De ahí que la apuesta del país en diversificación de la matriz energética implique el desarrollo exitoso de esos proyectos, que depende no solo de la instalación de aerogeneradores sino de paneles solares en grandes áreas, además de esquemas de almacenamiento a gran escala.
Plantea, que para el éxito de esos proyectos es necesario la creación a nivel institucional de una gerencia para La Guajira, inicialmente para los temas de energía y agua, que deben ser prioridad sino se quieren que los mismos fracasen.
Ese análisis de un alto ejecutivo de la clase empresarial de Colombia, debe llamar también la atención de la administración departamental y los gremios locales, para analizar la propuesta y no sea que esa decisión se tome sin ninguna clase de consulta en el territorio.