La pandemia trajo consigo muchas afectaciones, cambios de estilos de vida, sociales, laborales, empresariales y educativos. Al respecto, los docentes del municipio de Fonseca aseguraron que sus hogares se convirtieron en los nuevos salones de clases.
Recordaron que el Gobierno nacional y la ministra de Educación, María Victoria Ángulo, han tratado por todos los medios de convencer a los padres de familia y a los docentes agremiados en la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación –Fecode–, de regresar a las aulas escolares y reactivar la presencialidad.
“Hay recelo, desconfianza e inseguridad entre los padres, pero con mayor connotación en los maestros, quienes se apoyan en las condiciones actuales de precariedad y deficiencia en salubridad e higiene de las baterías sanitarias y prestación continua del servicio de agua potable en los planteles educativos de Colombia y sobre todo, en el departamento de La Guajira”, acotaron.
En ese sentido, añadieron que invitan al docente sindicalizado de la Asociación de Trabajadores de la Educación de La Guajira, Asodegua, Alexandro Hernández Rodríguez, para que haga una radiografía del tema “y nos permita entender, el porqué de la oposición de los maestros al modelo de la alternancia”.
“Los docentes queremos dejar claro a padres y comunidad en general, que estamos dispuestos a regresar a la escuela presencial, que los niños y niñas se reencuentren con sus amiguitos. El modelo de alternancia dibujó la incompetencia y falta de inversión en la conectividad, escasez de entrega de equipos digitales a los estudiantes, pero, sobre todo, el poco interés de los gobiernos de turno en invertir en infraestructura escolar. La alternancia en Fonseca no nos muestra un panorama claro, por ejemplo, aún hay baterías sanitarias destruidas, abandonadas y sin voluntad política para mejorarlas”, relataron.
Explicaron los docentes que “el modelo de alternancia traerá a la escuela, a un número reducido de estudiantes a las aulas, pero el problema continuará y ¿qué harán los otros chicos al quedarse en casa? pues nada. Es decir, la falta de conectividad y recursos económicos y tecnológicos en los hogares de los estudiantes permitirá repetir lo sucedido este año: la deserción e inasistencia escolar fueron los factores que influyeron en la reprobación académica del año 2020”.
Asimismo, señalaron que desde Fecode y Asodegua han solicitado reunirse con los gobiernos locales, departamentales y nacional, buscando alternativas de impacto real en la escuela, pero se sigue insistiendo que desde un escritorio se imparten las mejores soluciones.
“El Ministerio de Educación manifestó el giro por más de $400 mil millones a las Secretarías de Educación para la compra de insumos de higiene, aseo y compra de lavamanos portátiles. Pero, ¿si no hay agua potable constante cómo utilizarlos? Algunas escuelas y colegios tenemos pozos profundos para captación de agua, pero quién determina si esa agua, de consumo al interior de las escuelas, sigue siendo apta para nuestros niños y utilización en el lavado de manos. Los docentes regresaremos cuando existan las condiciones mínimas de bioseguridad reales para nuestros estudiantes, padres y docentes. Primero está la vida que el negocio”, puntualizaron.