El Departamento Administrativo Nacional de Estadística –Dane– publicó los resultados de la medición de las ‘Necesidades Básicas Insatisfechas y Miseria’ –NBI– con base en los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018.
Los resultados son altamente preocupantes, las brechas y niveles de pobreza se incrementaron en esta medición, volviendo más compleja la superación de barreras y brechas, en especial por la difícil situación institucional que atraviesa el departamento de La Guajira, y frente a la alta complejidad para dar cumplimiento de la Sentencia T-302 de 2017 que declaró el Estado de Cosas Inconstitucional en la península.
Cabe destacar que el Dane con esta metodología de NBI busca determinar, con ayuda de algunos indicadores simples, si las necesidades básicas de la población se encuentran cubiertas.
En ese sentido, los grupos que no alcancen un umbral mínimo fijado, son clasificados como pobres. Los indicadores simples seleccionados son: Componente vivienda, Componente Servicios, Componente Hacinamiento, Componente Inasistencia y Componente dependencia económica.
Dado que cada uno de los indicadores se refiere a necesidades básicas de diferentes tipos, a partir de ellos se constituye uno compuesto, que clasifica como pobre o con NBI a aquellos hogares que estén, al menos, en una de las situaciones de carencia expresada por los indicadores simples y en situación de miseria los hogares que tengan dos o más de los indicadores simples de necesidades básicas insatisfechas.
Es de mencionar que para estimar la magnitud de la pobreza en relación con la población, se consideró que las personas que habitaban en viviendas con NBI o en miseria se encontraban en las mismas condiciones de su respectiva vivienda.
• Viviendas inadecuadas: Este indicador expresa las características físicas de viviendas consideradas impropias para el alojamiento humano. Se clasifican en esta situación separadamente las viviendas de las cabeceras municipales y las del resto.
• Viviendas con hacinamiento crítico: Con este indicador se busca captar los niveles críticos de ocupación de los recursos de la vivienda por el grupo que la habita. Se consideran en esta situación las viviendas con más de tres personas por cuarto (excluyendo cocina, baño y garaje).
• Viviendas con servicios inadecuados: Este indicador expresa en forma más directa el no acceso a condiciones vitales y sanitarias mínimas. Se distingue, igualmente, la condición de las cabeceras y las del resto. En cabeceras, comprende las viviendas sin sanitario o que careciendo de acueducto se provean de agua en el río, nacimiento, carrotanque o de la lluvia. En el resto, dadas las condiciones del medio rural, se incluyen las viviendas que carezcan de sanitario y acueducto y que se aprovisionen de agua en el río, nacimiento o de la lluvia.
• Viviendas con alta dependencia económica: Es un indicador indirecto sobre los niveles de ingreso. Se clasifican aquí, las viviendas en los cuales haya más de tres personas por miembro ocupado y el jefe tenga, como máximo, dos años de educación primaria aprobados.
• Viviendas con niños en edad escolar que no asisten a la escuela: Mide la satisfacción de necesidades educativas mínimas para la población infantil. Considera las viviendas con, por lo menos, un niño mayor de 6 años y menor de 12, pariente del jefe y que no asista a un centro de educación formal.
Análisis de brechas
Se conoció que las brechas entre zonas urbanas y rurales en términos generales son muy profundas en el departamento de La Guajira, donde las personas con ‘Necesidades Básicas Insatisfechas’ en el área urbana representan el 28.95%, y las rurales y rurales dispersas el 74.96%, con una diferencia del 46.02%.
En cuanto a línea de miseria, la población urbana representa el 10.77%, y las rurales y rurales dispersas el 44.27% con una diferencia del 37.52%.