A leer las etiquetas nutricionales de los alimentos

Me llamó la atención cuando dos jovencitas que rondaban los 15 años discutían  sobre el contenido de un alimento expuesto en un supermercado local. La discusión de las joviales adolescentes giraba en torno al contenido de azúcar del producto; ello me condujo a concluir que ya la juventud se interesa por lo que come, lo que significa cuidar su salud o celar su silueta.

Ello me lleva a felicitar al Ministerio de Salud y Protección Social en su compromiso con la salud pública de los colombianos, que mediante Resolución 810 del 2021, estableció como obligatoriedad los requisitos de etiquetado nutricional y frontal que deben cumplir los alimentos envasados o empacados para consumo humano.

Esta normativa obliga al fabricante a incluir un sello  de advertencia que indica de manera fácil, visible al consumidor, cuando un alimento tiene altos contenidos de sodio, azúcares añadidos y grasa saturada, con el fin de que el consumidor pueda tomar una decisión informada de compra y mejorar sus hábitos alimentarios.

En horabuena Colombia ya cuenta con etiquetado nutricional, con ello se busca informar de manera clara y sencilla el contenido nutricional de los alimentos envasados, así el etiquetado de alimentos ha sido reconocido como una herramienta eficaz para proteger la salud del consumidor.

Para este profesional y luchador de la buena salud, el etiquetado nutricional y frontal de alimentos es una de las mejores herramientas de información para que el consumidor tome una decisión informada de compra.

Con este nuevo acto administrativo se tiene una información nutricional lo suficientemente clara y comprensible sobre el producto, y que, de esta manera, pueda efectuar una elección informada. Cuando esta elección se hace frecuente, la ingesta de calorías y de otros nutrientes de interés en salud pública (sodio, azúcares libres, grasas saturadas y trans) disminuyen; lo que contribuye a mitigar las prevalencias de sobrepeso y obesidad, que, a su vez, contribuyen a disminuir las enfermedades relacionadas con una alimentación poco saludable, así como los costos asociados a ellas.

Resalto al amigo lector, que este acto administrativo tuvo que surtir varios pasos antes de su emisión, a fin de considerar la participación de la ciudadanía.

En 2019 se formuló el análisis de impacto normativo que buscó definir la problemática asociada, y las alternativas de solución entre las cuales la que tuvo mejor costo-beneficio es la regulación en comparación con las campañas informativas. Otro cambio importante que incluye esta Resolución es el tamaño de esta tabla nutricional, la cual debe ser del 25 % mínimo de la cara donde se ubique en la etiqueta, haciéndola más legible y visible; por otro lado, se actualizaron los valores de referencia con fines de etiquetado nutricional con base en las Recomendaciones de Ingesta de Energía y Nutrientes para la población colombiana.

Adicionalmente, con base en la última evidencia científica se renovaron los parámetros técnicos para los descriptores: excelente fuente, buena fuente, reducido, libre, fortificado, aumentado, bajo en, sin azúcares añadidos, sin sodio añadido, con estos cambios se asegurará que la población pueda obtener información veraz y clara del producto.

La importancia de este etiquetado consiste en que los últimos estudios realizado sobre el análisis de la carga de enfermedad en Colombia señala que el 76 % de la morbilidad es ocasionada por enfermedades crónicas no transmisibles; el 15 % corresponde a enfermedades transmisibles, maternas, perinatales y nutricionales; y un 9 % a lesiones de causa externa.

En ese sentido, es importante considerar que las enfermedades no transmisibles actualmente determinan un alto costo en servicios de tratamiento para el Sistema General de Seguridad Social en Salud, debido a que actualmente la carga principal de enfermedad para el sistema de salud está representada por las enfermedades no transmisibles asociadas al régimen alimentario, entre ellas la enfermedad cardiovascular, diabetes y algunos tipos de cánceres.

En cuanto a la salud nutricional, la última Encuesta de Situación Alimentaria y Nutricional en Colombia –Ensin–­ (2015), arrojó resultados relevantes en cuanto al aumento de los porcentajes de sobrepeso y obesidad, especialmente en los escolares, en los cuales se incrementó de 18,8 % en 2010 a 24,4 % en 2015. Asimismo, uno de cada tres jóvenes y adultos tiene sobrepeso (37,7 %), mientras que uno de cada cinco es obeso (18,7 %). En este sentido, el 56,4 % de la población presenta exceso de peso, lo que significa un incremento de 5,2 puntos porcentuales con respecto al 2010.

En consecuencia, esta medida del etiquetado es de suma importancia  para modificar los hábitos alimentarios de la población relacionados con el excesivo consumo de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas trans y otros nutrientes que impactan la salud pública como un factor de riesgo de enfermedad, esta  estrategia como medida regulatoria  impacta en la reducción de nutrientes de interés en salud pública del contenido en los alimentos procesados, a fin de proporcionar al consumidor un perfil nutricional más saludable.

Por otro lado, los ahorros en salud para el Estado, establecidos como beneficios, se estiman en 2.787.180 millones de pesos (COP), lo cual implica una mitigación de las prevalencias de exceso de peso y de su contribución con las enfermedades no transmisibles y el costo asociado a ello, como costos directos e indirectos en salud, gastos de bolsillo, disminución de muertes prematuras y, por ende, mejoramiento de la productividad en el país.