Adiós, Samuel ‘Sampi’ Lopesierra Bernier

Al conocer el fallecimiento de ‘Sampi’, verdaderamente esa noticia me produjo un gran dolor, producto de la familiaridad y afecto que cultivamos desde hace muchos años. ‘Sampi’ fue y así lo reconocía siempre, un gran amigo de mi padre Leonelo.

Contaba anécdotas de cómo él siendo del Movimiento de Integración Liberal –MIL–, grupo contrario al de mi tío Eduardo Abuchaibe, que lideraba Mayorías Liberales, en el que militaba mi papá, en una ocasión ‘Sampi’ logró la unión Liberal, lanzando listas conjuntas, obteniendo que Leonelo, mi padre, fuera suplente a la Asamblea de Manuel Luis Ballesteros, hermano de Jorge. Esa amistad con mi padre logró lo imposible, unir dos grupos, en un momento, en que parecía irreconciliables históricamente hacerlo. Eran otros tiempos.

Era natural que por ‘Sampi’ me vinculara mucho a la Casa Ballesteros. Cuando vivía ‘Neca’, madre de ‘Sampi’, y esposa de ‘Chema’, el padre de Jorge, me acostumbré a ir todos los días a su casa en Riohacha, a deleitar un tinto y a comentar sobre los acontecimientos políticos del momento. Eran unas tertulias que recuerdo con mucha nostalgia.

De ese ambiente nace mi apoyo incondicional por Jorge Ballesteros, a quien siempre defendí como abogado y me permitió crecer a nivel nacional.

Como candidato a gobernador en el 2003 logramos éxito en nuestra demanda ante la Sección Quinta del Consejo de Estado, para que Jorge asumiera la Gobernación, ya que ‘Nando’ Deluque había alcanzado una victoria en esas elecciones, por lo que solicitamos la nulidad correspondiente, lo que partió la historia política en dos de La Guajira, una vez se conoció la sentencia. Después acompañamos a Jorge al Senado, situación que nos llevó a dar un salto de Riohacha a Bogotá y nos permitió litigar desde esa época ante las altas cortes. Todo siempre con el entusiasmo y apoyo de ‘Sampi’.

‘Sampi’, a pesar de su edad, me llamaba siempre de Barranquilla a preguntarme sobre mis demandas importantes y me colocaba en altavoz, para que sus amigos que se reunían en su casa en Barranquilla escucharan. Al final, ya casi su voz estaba tenue, pero siempre lo observé como un roble, que le gustaba la política, y conmigo lograba la información para estar actualizado.

Viejo, ‘Sampi’, te voy a extrañar.

Con todos sus hijos soy muy amigo, en especial con Santa, quien regresó de los Estados Unidos en estos días, logrando darle una gran alegría a ‘Sampi’, ya que le permitió abrazarlo y verlo, para a los pocos días morir tranquilo.

‘Santa’ fue senador, lo que permitió que estuviese a su lado y verlo moverse en esa alta corporación. En una ocasión, ‘Santa’ ayudó con fervor a que Eduardo Abuchaibe fuera integrante de la Comisión de Ética del Partido Liberal, demostrando de esa forma que primero estaba La Guajira y lo importante era ganar esa posición. Nobleza que heredó de su padre. Hoy con ‘Ñeco’, con quien mantengo comunicación, nos unen lazos políticos, y era natural que así fuera. A ‘Jochi’ siempre lo tuve cerca y con él cultivé el aprecio que siempre me inspiró ‘Sampi’, con sus hijos y toda su familia.

Como añoro la política de la época de ‘Sampi’, cuando Nellit Abuchaibe, mi primo, era parte de ese movimiento que lideraba ‘Sampi’, y quien igualmente llegó al Senado.

Un hecho curioso, es ver que en algún momento Nellit y Eduardo fueron senadores principales. Todo eso debido a que con ‘Sampi’ siempre existió un grupo político fuerte, que mantuvo, junto a Pinedo Barros, una fuerza importante en La Guajira.

‘Sampi’ inspiró una forma de hacer política muy sana y sin odios, era una figura de respeto, de la cual emerge el poder político que tuvo Jorge Ballesteros, ‘Santa’, Nellit, Pinedo y muchos otros que escalaron triunfos destacados.

Por cuestiones de salud no puedo asistir al sepelio, pero mi alma muy triste estará rezando para que ‘Sampi’ se reencuentre con mi padre y juntos muevan cosas desde la eternidad, para ver si en La Guajira cesan tantos odios y confrontaciones, y podamos seguir unos principios y valores que nos encaucen a todos hacia un objetivo común, lograr lo mejor para nuestra tierra. 

Un hasta luego, ‘Sampi’. Nos veremos pronto.