Así galopea la pobreza en Colombia

Con la desaparición del nomadismo la pobreza y la riqueza han hecho gala de la sociedad humana, aparecerían el colonialismo, los conflictos armados, la esclavitud y las invasiones, estas pueden ser las frecuentes causas históricas detrás de la pobreza.

De los anteriores el colonialismo es el mayor causante de la pobreza mundial, se basa en un sistema político que se conceptualiza en la conquista y explotación de los recursos de una colonia extranjera, este modelo ha sido impulsado por los países que ostentan como potencias militares, industriales y tecnológicas ante los llamados países subdesarrollados o en vía de desarrollo; y cuando estas colonias logran su independencia surgen las grandes tensiones entre los nuevos estados inclusive surgen enfrentamiento entre las nacientes en busca de nuevos territorios a través de invasiones, las guerras e incluso el esclavismo, o sea tratan de imponer la realidad que habían vivido como colonias.

Estos factores forman parte de la historia de los países que hoy en día se encuentran en peor situación de pobreza y víctimas de la “guerra” el mejor negocio del mundo auspiciado por los países ricos.

Como si fuese poco, los cinco países más pobres del planeta se encuentran en el continente que dio origen a la humanidad, el continente africano: Liberia, Níger, Burundi, República Centroafricana; El Congo. Los conflictos generan desplazamientos, refugiados, inseguridad alimentaria y muerte.

Colombia no se queda atrás, nada de envidiarle a los países pobres cuando también podríamos serlo, donde la superación de la pobreza es una de las principales preocupaciones de los gobiernos, quienes generalmente cuentan con el apoyo del público para afrontar la problemática antes y después de ser elegidos, eso sí con una veintena de electores a quienes los mismo políticos acostumbraron a comprarles el voto, propuestas que se esgrimen con resultados baladíes, por ello la pobreza colombiana se origina más por causas socio estructurales, que individuales. Inclusive se navega fuertemente que los patrones del afianzamiento de la pobreza colombiana difieren según distintas variables sociodemográfica como edad, sexo, religión, nivel educativo, clase social, grupo étnico, región de residencia, entre otras.

Según las cifras del Dane, el año pasado 42,5% de la población estuvo en condición de pobreza, es decir, hubo un aumento de 6,8 puntos porcentuales (pps) frente a la cifra de 2019 (35,7%) y téngase en cuenta que el Dane siempre apunta por debajo o por encima acorde a los intereses del presidente de  turno; y otras variables que se suman serían el desempleo, el mal manejo político de los recursos (corrupción), la inequidad, el conflicto armado, la misma cultura de acostumbrarse ser pobre, los grupos económico, la economía subterránea y el manejo de la información en los medios. Aplíquese estas causas a la pobreza rural y a la pobreza urbana.

Lo anterior trae como resultados un paupérrimo ingreso corriente per cápita, rezago educativo, barreras en el acceso a la alimentación, poco acceso a los servicios públicos, poco acceso a la seguridad social, acceso a los servicios básicos de vivienda, calidad y espacios en la vivienda y un desmejoramiento en el grado de cohesión social, esto es un resumen  la pobreza absoluta (Virgilio Barco) o pobreza extrema.

En Colombia no todos los hogares pobres tienen el mismo nivel de pobreza ya que el nivel de ingresos de cada uno de ellos difiere en la distancia que los separa de la línea de pobreza, la escolaridad también influye negativamente sobre el porcentaje de pobres.

Para el premio Nobel de economía Amartya Sen, “la pobreza se debe concebir como la privación de capacidades básicas y no solamente como la falta de ingresos.”

Al mes de agosto de 2021 la tasa de desempleo aumentó para todos los grupos, ante la crisis de demanda, la reestructuraciones productivas, específicamente se presentó una fuerte caída en la tasa de ocupación, súmese la pandemia coronavirus, así entre los tres posibles estados ocupacionales: 1) inactivo; 2) desocupado; y 3) ocupado, el 1 y el 2 superan al 3.

Sin ser economista, ni más faltaba, pero es de suponer que la mejor trayectoria para alcanzar la meta de reducir la pobreza a la mitad en Colombia es más fácil de conseguir con una combinación de crecimiento y mejoras de inequidad, y no las soluciones de esquina que ofrecen politiqueros mentirosos y veintejulieros.

Así, si la economía sigue una trayectoria positiva en el plano cartesiano, en este caso se debe alcanzar una tasa de crecimiento del PIB per cápita del 80% y una mejora en la desigualdad de 50% y las dos deben ser progresivas geométricamente.