Hacer un balance de los resultados académicos de comportamiento y de motivación que trajo como consecuencia los dos años de presencia activa de la pandemia de la Covid-19 en las escuelas públicas del país, faltaría más que escribir un libro. Definitivamente sí hubo impacto. Negativo o positivo, es de carácter subjetivo. Pero más que hablar de lo malo y lo que pudo ser bueno, debemos hacer una mirada crítica y reflexiva a sus principales responsables quienes fueron asignados y nombrados administrativamente, que pareciera que fueron puestos allí para seguir manteniendo el pésimo nivel de clasificación de excelencia educativa anual. La educación en el departamento de La Guajira lleva más de 10 años sin ascender en ese ranking.
El principal responsable, el que normativa y controla lo que sucede en educación en los doce municipios no certificados de este ente territorial, es la Secretaría de Educación departamental y con una cuasi responsabilidad, las secretarías municipales, digo cuasi porque estas cuando se les exige resultados se escudan en el no manejo de recursos suficientes, porque no son certificadas. Evadiendo su constantemente y obligado deber constitucional.
Pero dentro de esos despachos existen cargos burocráticos con cargos al presupuesto general de la nación, pagados y mantenidos con nuestros impuestos que tienen una gigante y social responsabilidad. Allí encontramos toda clase de cargos, pero hoy me referiré a quienes representan los referentes de calidad y excelencia educativa y quien tiene la responsabilidad de escoger hojas de vida y nombrar la provisionalidad en vacantes existentes en cada escuela y colegio de estos municipios que irradian.
¿Cómo es posible que haya cargos de líderes de calidad educativa cuando en los últimos no hemos superado una medición de excelencia educativa? Y ¿por qué se desvinculan maestros licenciados por profesionales no idóneos en formación pedagógica teniendo un sistema maestro atiborrado de profesionales en estudios docentes urgidos por una oportunidad? ¿Quién evalúa y determina su continuidad en esa labor? ¿Por qué si el funcionario administrativo no genera resultados favorables no puede ser rotado o reemplazado?
En mis años de docente nombrado en propiedad en este magisterio no he escuchado una charla, un seminario, una evaluación, seguimientos institucionales, un simposio o un curso de formación dictado por estos profesionales vigilantes de la excelencia y calidad educativa departamental. Son los mismos funcionarios atornillados es esos puestos sin resultados consecuentes a su cargo año por año, si desde la institucionalidad no se generan espacios ni formación docente de estudios superiores, seguirán representando un cargo inoperante e inocuo con engaño social a unas comunidades ávidas por salir del sótano de la ignorancia académica.
O se trata de mantener a una sociedad ignorante para que los mismos se mantengan en el poder y permitan seguir desangrando las arcas departamentales y municipales. Y lo peor, si son cargos de libre remoción y nombramiento, entonces muy seguramente existe un politiquero detrás que evita que este sea reemplazado por alguien que seguramente sí le duela nuestra Guajira.
La rotación de funcionarios de carrera no debe verse solo como castigo, también debe tener un anverso, puede ser la solución a un cáncer burocrático administrativo arraigado que sólo destruye el futuro de una sociedad escolar que desea obtener una oportunidad de vida y cerrar las brechas sociales de hambre, de desnutrición, de pobreza extrema y con derecho a una mejor posición social.