Caldo de anzuelos

Cuando el río está revuelto todos tratan de lanzar su anzuelo a ver que se pesca, eso si el río es rico en peces, aquí no se repite el milagro de Jesús de Nazareth cuando le dijo a Pedro y a Juan, echad la red al lado derecho de la barca y hallaréis pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces.

Imagínese amigo lector si a usted le invitan al restaurante de la esquina a degustar un delicioso caldo hecho a base de anzuelos, lo primero que se pregunta sería: ¿A qué sabe el anzuelo? Será dulce, salado, agrio o simplemente sabe a Colombia…Posiblemente así sea…sabe a Colombia Amarga, insigne título de un libro del escritor Germán Castro Caicedo, donde se narra la violencia en todas sus manifestaciones, que nos llegó con la invasión de América y que se hace más patética en la época de la República de nuestros días, degollados en el río, mutilados en la calle, masacre aquí, masacre allá, el Esmad, autoatentados, los de la moto, los del carro, las disidencias, los ‘elenos’, todos al parecer  con licencia para matar.

En verdad quien sabe lo que se encuentra en el fondo de la olla hirviendo es el cucharon o palote y si es el caso de un plato sopero con caldo caliente es la cuchara, tal vez saque anzuelos políticos, guerrillos, petristas, claudistas, uribistas, duquistas, faruchos, liberales, lentejos, sergistas, mamertistas, varguistas, paristas, covistas,  en fin se encuentra de todo.

Mientras usted deleita su suculenta sopa yo le cuento un viejo cuento llamado anarquía a la colombiana que narra la historia de la nación desde 1960 caracterizándose por el conflicto armado interno (con varias etapas de recrudecimiento, la mayor entre 1988 y 2012), entre el estado y diferentes actores armados (guerrillas de extrema izquierda, paramilitares de extrema derecha, carteles del narcotráfico y crimen organizado). Según el informe “¡Basta ya!: Colombia: memorias de guerra y dignidad” (2013) 220.000 muertes por el conflicto entre 1958-2012. Para 2020 según el Registro Único de Víctimas se cuentan 8.989.570 víctimas del conflicto y en 11.202.790 eventos o hechos victimizantes.

Colombia es el país con mayor cantidad de desplazados en el mundo con 7’816.500 de personas que han huido de la violencia según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IMDC) en 2019, y la cosa no para, cada día aparece más verdura para el caldo y más pescadores para el viejo río revuelto, victimizando y culpando por doquier al más calvito, al más gordito, al de la izquierda, al del centro al de la derecha o ultra derecha, pero alguien tiene que pagar los platos rotos con tal de yo alcalde, yo presidente, etc., pueda quedar bien y eso permite direccionar recursos del gasto público para dicha faena , las famosas emergencias económicas.

Usted sigue degustando su caldo que ya se volvió sopa y le pregunto y me contesto ¿Qué nos pasa? La vendita desigualdad reinante en Colombia y que sacó al pueblo a la calle desde el 1 de mayo en busca de reivindicar sus derechos,  se refiere a la desigualdad económica y social existente en el país. Según cifras del Banco Mundial, en el 2017 Colombia fue el segundo país más desigual de América Latina y el séptimo del mundo, del total de 194 países que existen en el planeta. Pese al crecimiento económico sostenido del producto interno bruto que se ubicó entre el 6.6% entre 2006-2014, el índice de desigualdad cayó durante la época de mayor bonanza petrolera.

Carajo mi amigo, escuche esto: La corrupción ha sido tradicionalmente señalada por muchos analistas como uno de los principales problemas políticos del país. El Índice de Percepción de Corrupción 2016 (IPC), de la agencia para la Transparencia Internacional, – que califica de 0 (Muy Corrupto) a 100 (Muy Transparente) de los niveles de corrupción percibidos por el sector público en 175 países y territorios evaluados– Colombia, en ese estudio obtuvo una calificación de 37 puntos, muy por debajo del promedio global que es de 43 puntos, convirtiendo a Colombia en uno de los países más corruptos del mundo. Se ubica a Colombia en el puesto 98 a nivel mundial, teniendo como base que Nueva Zelanda y Dinamarca están en el puesto 1 como los países menos corruptos del planeta. Se estima que el costo anual de la corrupción en Colombia es de más de 50 billones de pesos; aproximadamente 17 mil millones de dólares anuales, representa el 5 % del PIB y el 21 % del presupuesto nacional.

En la actualidad, el Estado colombiano no ha cumplido con la mayoría de sus obligaciones, como establecer una presencia integrada en las regiones rurales e implementar programas de restitución de tierras y sustitución de cultivos ilícitos. Colombia encabeza la lista a nivel mundial de líderes sociales asesinados, según el último informe de la organización Front Line Defender la impunidad en estos casos es del 86%. Según la Organización de las Naciones Unidas el 93% de los casos ocurrieron en lugares con donde no existe presencia del Estado.

Si los japoneses, los suizos, los suecos, los daneses, los holandeses, coreanos, entre otros tuviesen como patria las riquezas del suelo colombiano, serían potencias de potencias, pero lastimosamente seguimos como una Cueva de Rolando, como un saco de anzuelos que entre todos nos puyamos. Solamente le va bien al Dane y a los bancos.

Hay que parar, hay que recapitular, hacer un alto en el camino es de caballeros y de damas.