La democracia es el gobierno del pueblo (Demos pueblo – cracia Gobierno). La corrupción es el cáncer de la sociedad, tiene a la democracia enferma y ha invadido los órganos del Estado, como cuando el cáncer hace metástasis, dañando todos los órganos del ser humano (putrefacción) destrucción del tejido social; nuestra sociedad amañada por la cultura de la corrupción, cuyo síntomas del mal es la resignación social y la política; las prácticas corruptas distorsionan el desarrollo del Estado por el clientelismo y la burocracia en la búsqueda del beneficio personal de bolsillo, asignación de recursos públicos que generan impredecibles consecuencias negativas que afectan el proceso económico y social donde la inversión pública no alcanza a cumplir los objetivos, el flagelo la absorbe en un alto porcentaje en degradación moral de la sociedad, trasmutación de principios, pérdida de respeto por los valores como la honestidad, para el corrupto el honesto es tonto.
Causas de la Corrupción Administrativa: atenta contra los principios éticos y normativos; el hombre público debe ser modelo para la sociedad, pero por falta de credibilidad su confianza se ha perdido; en nuestro país la sucesión de gobierno se ha ido identificando como los sectores más propensos a corromperse y sigue la democracia enferma, la cura no ha sido fácil; la corrupción es un virus de contaminación social (Estado-Sociedad) de quien corrompe y quien se deja corromper, el flagelo ha invadido todos los ámbitos de la vida social, pero ha dado más fuerte en el sector público que en lo privado, se ha convertido en verdadera amenaza contra la estabilidad del sistema democrático; política imperante que está afectando de manera grave la actividad del Estado.
Depuración Moral: Colador público, sacudir para sacar lo malo y dejar lo bueno, para enfrentar la corrupción es necesario implementar diversas estrategias de ataque simultaneo en las causas y en los efectos del problema, para que no siga haciendo daño; la Constitución Nacional de 1991 estableció mecanismo e instituciones contra el ejercicio corrupto de las actividades política y de la función pública, los juristas que diagnosticaron la Ley Anticorrupción para curar el mal, ha sido peor el remedio que la enfermedad.
Cura de la enfermedad: Los recursos públicos son para las necesidades insatisfechas del pueblo (salud, educación, saneamiento básico) para que haya equidad social, el pueblo reclama lo suyo, aparte del control político del Estado el mejor desinfectante de este flagelo es el mismo pueblo, Democracia participativa, veeduría ciudadana para evitar que el corrupto se apodere del bien común, que es de todos.