La pandemia del Covid-19, dejó al descubierto la fragilidad de los sistemas de salud, que vienen operando, direccionado por la Organización Mundial de la Salud –OMS–, organización adscrita a la ONU. Desde el mes de noviembre de años anterior comenzaron hablarse e informar del coronavirus, la forma de manifestarse y los efectos que causa la contaminación en las personas, hasta causar la muerte. Lo curioso es la falta de defensa, creada por científicos y farmaceutas para contrarrestar contagios y frenar, la extensión de propagación, afectando más de doscientas naciones, republicas y estados en el mundo que vivimos, registrando estadística superiores a cinco millones, víctimas de las pestes del siglo XXI con más de 320.000 personas fallecidas por el terrible mal, controlándolo con cuarentena para prevenir mayores desastres, paralizando todas las actividades, industriales, comerciales y de servicios, los cuales están generando quiebras de negocios y alto índice de desempleos masivos, constituyendo en problemas colaterales y paralelos de grandes envergadura, que no se resuelve por ignorancia y desconocimiento de quienes se manifiestan como autoridad, adivinando con componentes para lograr efectividad en medicamentos y vacunas que están siendo sometidas a pruebas, en procura de éxitos, para explotación económica comercial.
Sobre el Covid-19 no se ha hecho más que trasmitirse y divulgarse informaciones especulativas, no asertivas por mandatarios y autoridades de salud que solo sirven para generar pánicos y confinarnos sin estipulación de términos de duración. La salud perdió el rumbo hipocrático y científico como servicio indispensable para la atención humana, desde que cayó en el círculo mercantilista, arropado de corrupción, riñendo en competencia de logros sobre mejorías con drogas farmacéuticas para celebrar triunfo en mercadeos de productos de uso y consumo humano. Se esperaba que el encerramiento en que obligatoriamente confinaron a personas, era transitorio temporal para adecuar espacios, medios y elementos necesarios para atenciones de servicios de salud, pero ha sido poco lo que se ha hecho, demostrando ineficiencia en condiciones de urgencia, sin garantías relativas a manejos y dirección de las circunstancias. Estamos del “timbo al tambo”, neófitos al borde de locura, generándose bombas de tiempos sin prever efectos de explosivas reacciones humanas por descontroles, imprecisiones y desaciertos. Es mejor no hablar, repetir ni retrasmitir desinformaciones, especulando para buscar manipular dudas y hastíos, con engaños sin solución a la vista. Lo grave de la situación es que se agotan bienes, ahorros y paciencia de personas por el acorralamiento en que nos tienen, con limitaciones de libertades, desmejoramientos físicomentales, estrés y el hambre, que va generar consecuencia catastróficas, silenciosas y fatales, cuantificando más muertes que el coronavirus, sin registros de notoriedad y publicidad, porque las víctimas, son los pobres que viven en miseria, sin tener quienes se apiaden a socorrerlos, auxiliarlos y apoyarlos en serie continuadas de cuarentenas.
El Covid-19 es una infección causada por cepa de la gripe mutada que está dando que hacer por falta de desarrollo científico, que descifren y acomoden, rompe cabeza para calibrar la capacidad de los profesionales. Se ha opinado e informado contradicciones del dicho al hecho, sin precisiones que generen confianzas. Los primeros cadáveres ni siquiera sirvieron para estudios de análisis médicos, sino que de inmediato ordenaban las cremaciones, por protocolo de OMS, para evitar la propagación del contagio. Después se les dio por practicar necropsias a distintos difuntos de varios géneros y diferentes edades, observando que el coronavirus, no solo mataba por neumonía, sino también por trombos en vías de circulación sanguínea, ocasionando paros cardiacos, respiratorios y derrame cerebral, reformando protocolos en los manejos de tratamientos de salud que han apaciguado mayores tragedias. También se manifiesta con erupciones cutánea en jóvenes y niños denominada Kawasaki. Los cálculos de personas infectadas y muertas por Covid, son inferior a presumido y esperado por algunos infectólogos para el mes de mayo del presente años, cuando al final del mes se alcanzaba sumar cuatro cientos mil personas fallecidas. Pero el peligro de contagios, sigue latente y presente. Poco valor e importancia le dan las organizaciones y promotora de salud, a los remedios botánicos y caseros, ignorando resultados preventivos combativos porque no son productos químicos creados y comercializados por mafias farmacéuticas que se están disputando patentizar vacunas y medicamentos en exclusividad para explotación económica, registrando nefasto precedente.