“Soy un gran defensor del medio ambiente y para nadie es un secreto que en Colombia y en otros países el discurso ambiental –mal construido– puede afectar el desarrollo sostenible”. Así comienza el discurso del artículo del gobernador Eduardo Verano de la Rosa (Fracking Caribe, El Heraldo – 12 de Diciembre /18), que solo piensa en el “supuesto desarrollo económico” de la región Caribe a costa de la desolación y miseria que dejaría la implementación de esa actividad.
Le pregunto al gobernador Verano, ¿sabe usted qué es desarrollo sostenible? Para su conocimiento, “desarrollo sostenible” es aquel que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social, y el fracking jamás conjuga esas exigencias.
Una de las causas de la ocurrencia del cambio climático es la excesiva liberación de carbono a la atmósfera. Las explotaciones de hidrocarburos de origen fósiles, como el gas, el carbón y el petróleo, liberan altas concentraciones de metano a la atmósfera, siendo esta un importante reservorio del mismo, además de que se encuentran en el suelo, en la biósfera y en el océano. Esta acumulación de carbono rompe el balance o el equilibrio del elemento en el planeta. Esta lamentable y desproporcionada liberación la absorbe, entre otros, los océanos, produciéndose la acidificación de los mismos, acelerando así la extinción masiva de algunas especies marina.
La pregunta que nos haríamos es ¿dónde está la solución a esta problemática y qué hacer para parar ese exceso de carbono en la atmósfera, para poder restablecer su equilibrio? La respuesta inmediata está en paralizar las explotaciones de hidrocarburos fósiles. Aunado a eso, la solución se encuentra en el mismo suelo. La planta, el sol y el agua, realizan la fotosíntesis, absorbiendo carbono del aire y lo transforman en carbohidratos y azucares, luego bombean parte de esos azucares por medio de sus raíces para alimentar a los microorganismos y hongos que usan ese carbono para generar un suelo fértil. En estudios científicos se ha demostrado que al aplicar una fina capa de compost al suelo se crea un ciclo de retroalimentación positiva que trae más y más carbono al suelo. Compostar los residuos orgánicos en conjunto con otras prácticas regenerativas, ayudan a retener toneladas de carbono.
La propuesta del gobernador Verano en su artículo ‘Fracking Caribe’, donde recomienda alegremente que La Guajira y el Cesar se embarquen en la explotación de hidrocarburos mediante la técnica del fracking en la Cuenca Cesar – Ranchería y el offshore en Orca, es desproporcionada. Tamaña fantasía, para no decir falacia. Este es uno más de los dos cuentos que les metió hasta los tuétanos a los guajiros en años anteriores.