Tengo que aclarar que no soy economista de profesión, soy abogado, pero quien no lleva uno dentro, sobre todo, cuando los efectos de una desaceleración económica en época de pandemia, unida a una cuarentena tan prolongada, se sienten en tus ingresos, ya sea que los generes en un empleo formal, informal o en un pequeño negocio.
En una situación como la que estamos atravesando en la actualidad, por la declaratoria de la OMS como pandemia, y acogida en nuestro país, a través de la declaratoria de Emergencia Sanitaria por el Ministerio de Salud, aunada a la declaratoria de confinamiento preventivo obligatorio, que decretó el Gobierno, la economía se ve afectada por muchas razones.
Esta afectación se nota en mayores proporciones en la franja poblacional que genera sus ingresos de un empleo, los que pertenecen a la economía informal y los pequeños negocios de poco capital, sin perjuicio de lo que se puedan ver afectados los grandes capitales.
El gobierno nacional ha venido haciendo una cadena de anuncios y desarrollando acciones encaminadas, según su parecer a introducir una serie de paliativos dirigidos a la población que ya viene siendo atendida o no por medio de los programas sociales del Estado. Pero que en la realidad, no mejora en nada, la situación de la población más pobre de nuestro país.
De esos anuncios, todavía en las regiones no se logra percibir el efecto real de lo que el estado central en el discurso ha manifestado en todas las alocuciones presidenciales. Entre otras cosas, lo que viene haciendo el gobierno es diciéndole a los entes territoriales, como gastarse su misma plata, pero no se vislumbra una inyección de recursos adicionales a lo que normalmente poseen los gobiernos locales, ya sea por el Sistema General de Participaciones o por Regalías.
Después de mucho pensarlo, presionado por la crítica nacional, y las redes sociales, aunado a unas solicitudes timoratas del gobierno, el sector financiero, anunció unas medidas de alivios a sus deudores, pero que sin embargo no cobija a todo el universo de deudores del sector financiero y que además no son propiamente unos alivios.
No son momentos para andar con medidas infantiles por parte del gobierno, para conjurar la crisis y prepararse para el escenario que se avecina. La recesión económica es una realidad, que se va a agudizar a medida que avance el tiempo y la cuarentena se alargue, ya que lo que se ha venido presentando, es una estrategia por parte del ejecutivo de alargarla de a poquito, para que psicológicamente no se sienta. Pero que dependiendo del comportamiento del virus y su fuerza de contagio en la población, los días de cuarentena serán muchos.