El racismo es un sentimiento exacerbado discriminatorio, doctrinado por personas ortodoxas de raza blanca que equivocadamente se consideran superiores a las razas indígena y negra, que han sido privilegiados para reinar, gobernar, mandar y apropiarse de riquezas prediales y derechos, utilizando a los negros como esclavos, robándoles bienes a los indígenas asesinándolos cuando se resistían a defender propiedades y derechos naturales. Las razas indígenas y negra constituyen el 70% de la humanidad. China, Coreas, Japón, Vietnam, Filipina y otras, son naciones de origen indígenas asiática.
En América Latina se destacan: México, Guatemala, Salvador, Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia. También habitan en menores cantidades en: Estados Unidos, Chile y Venezuela. En lo relativo a negritudes, América y África, superan en diferencia a los blancos europeos y de otras naciones. Por ejemplo, la India, sus habitantes no son de raza indígenas si no negra, es la segunda nación después China, en tener el mayor numera de habitantes, ambas 40% de la población mundial.
El racismo se ha conservado en favor y beneficio de quienes se han enriquecido en el transcurrir histórico desde la esclavitud, pasando por el feudalismo hasta llegar al capitalismo, apoyados por la Iglesia Católica, mostrando la raza blanca como los dioses canónicos, santificándolos para celebraciones religiosas parroquiales. No hay santo negro, Jesucristo que era mulato o moreno prieto, lo transformaron en blanco para falsa exhibición.
Lo insólito santificar la tortura y el crimen cometido a Jesucristo, que no era blanco, que hoy simbolizan en Semana Santa, con la Cruz, con la corona de espina, bayonetas, sables, crucificio en brazos y pies clavado, azotado por la espalda, conmemorando las siete caídas, herido por los costales, todo ejercido por la Iglesia predominante de aquel entonces. Todas las personas, somos iguales para Dios. Engendrar fortaleza y privilegios, para unos y excusión o humillación para otros, con limitaciones, desegregaciones y discriminaciones en oportunidades; es una perversidad, como se ha venido imponiendo generando una gigante brecha social, concentrando las riquezas en menos de 1×1000 de las personas que habitan el mundo, con miseria concurrente que afecta más del 70% de la humanidad.
Cuando los blancos conquistaron América, primero con el italiano Cristóbal Colon, después con los españoles, ingleses, portugueses etc., se dedicaron asesinar indígenas e importar esclavos africanos, para explotarlos en labores productivas. Los negociaban como animales, carecían de derechos y de protecciones. Toda esta historia macabra, ha sido resultado del racismo predominante, que hoy en día se estratifica para calificar el valor cotizado de las personas individualizadas, valoradas por lo que tienen y disponen económicamente, más no por las condiciones de estructura corporal, calidad natural e intelectual que nos asimila a todos por igual.