Por Erika Esther Plata Acuña
Muchos hemos tenido la oportunidad de apreciar esas llagas que padecen algunas personas cuando por distintas razones tienen parcial o totalmente imposibilitada la movilidad, algunas permanentemente postradas en sus camas generalmente en la misma posición, por el calor corporal y la presión sobre sus colchones, se forman las conocidas escaras o en voz médica úlcera por presión.
De la misma forma, el permanecer en casa durante el aislamiento debido a la pandemia, parece estar causando lesiones en diferentes ámbitos del ser humano.
He elaborado un pequeño y corto análisis de algunas escaras que se han formado o han quedado al descubierto (sus inicios han sido previos) debido a tan lamentable crisis mundial.
A nivel país ha quedado en evidencia la enorme brecha socio-económica existente: miles de familias y hasta empresas que viven o vivían del día al día han empezado a pasar penurias y hasta han desaparecido.
La brecha social no solo se hace visible en lo económico, aquellos que no se cuidan y abusan del aislamiento disfrutando de sus vacaciones parranderas demuestran su poca educación o cultura. Personas sin educación ni cultura ciudadana que anteponen el placer a la protección o salud propia y de sus familiares.
A nivel regiones, en algunos mandatarios-líderes se ha puesto de manifiesto la corrupción como principal foco de la política: ciertos políticos no se esmeran en el servicio; sino en llenar sus bolsillos, asegurar su futuro y el de su familia, favoreciéndose del recurso destinado a los menos favorecidos.
A nivel de conectividad muchos hemos padecido por la dudosa calidad del Internet, dificultosas videollamadas en diferentes plataformas, lentitud en el cargue de videos, audios e incluso imágenes han generado inconvenientes durante el teletrabajo.
En la escuela ha quedado al descubierto la carencia de recursos y capacitación en el uso de herramientas tecnológicas no solo para estudiantes, sino para docentes y padres de familia, quienes hoy tienen el compromiso de orientar en casa la formación académica de sus hijos. Cuestiona ver docentes y padres de familia que no tienen la habilidad necesaria para mediar en la comunicación virtual, generando caos en las actividades escolares diarias.
Muchas familias han sido afectadas negativamente durante esta pandemia, la violencia se hace presente, tal vez el estrés generado por las dificultades que padecen. La violencia intrafamiliar parece estar aumentando, de igual manera el alcoholismo se está convirtiendo en otra herida dentro de las familias especialmente en las costeñas debido a su uso desmedido, gran parte de la población en la que los jóvenes parecen llevar la bandera.
A nivel personal hay quienes han enfermado de estrés, sufren de angustia o desesperanza, la depresión hoy se convierte en una enfermedad que aqueja a una parte importante de la población. Espiritualmente, la imposibilidad de asistir a cultos religiosos también afecta. A nuestros adultos mayores el hecho de no poder salir les ha afectado su salud física y mental.
Estas son algunas de las lesiones o escaras que pueden apreciarse en nuestra sociedad ocasionadas por la inmovilidad de la pandemia. Cuando existen heridas deben tratarse, el primer paso debe ser no ignorarlas, aceptarlas, mirarlas con compasión y respeto, y como toda enfermedad tiene un tratamiento, el de las escaras de la pandemia debe ser… Nuestra misión, no dejemos en manos del gobierno todos los problemas de la sociedad, algún granito de arena podemos aportar.