El 2020 ha sido un año de relucir, destacar y consentir la salud mental, muy a pesar de que los estudios de psicología se remontan al año 1879 cuando el fisiólogo, filósofo y psicólogo, Wilhelm Wundt (1832–1920) fundó el primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, Alemania y que esta fecha sea considerada el referente histórico que marca el surgimiento de la psicología como una rama separada de la filosofía, hoy podemos evidenciar otro auge significativo de esta ciencia; pero adicionalmente vale la pena remontarnos a 1961, año donde se dan los primeros pasos de la salud mental.
Es de anotar que año tras año, específicamente en los últimos 10 años, la salud mental aflora de manera elegante y distinguida en nuestra sociedad, pero sin duda alguna su galardón de oro lo recibe en el 2020 en medio de una pandemia, un momento crítico en el que el ser humano de manera coercitiva empieza a generar cambios y transformaciones desde el interior hacia el exterior permitiendo el resurgimiento de la psicología como ciencia fundamental al mismo nivel de la medicina para aportar al cuidado, el bienestar y la conservación de la vida.
Cuando digo que salió a relucir quiero expresar que ya lo único importante en temas de cuidado no puede ser el virus, su sintomatología y sus consecuencias; tener que lidiar con todas las limitaciones, oportunidades y procesos de adaptación que surgieron a raíz de este virus: como el encierro, el trabajo en casa, limitaciones de salidas, de socialización, las distancias, las clases virtuales, los cierres de empresas, el desempleo, las irreparables pérdidas humanas, entre otras.
Empieza a cobrar alta importancia el establecer acciones personales y familiares para mantener la calma, el bienestar y el equilibrio mente-cuerpo. Nunca me cansaré de recordar una frase de la primaria que indica que somos seres sociales por naturaleza y en este momento limitar esta sociabilidad influye directamente en nuestra naturaleza humana con un alto potencial de generar afectaciones mentales, vale la pena aclarar que la salud mental no es solo la ausencia de enfermedad mental… la salud mental va mas allá buscando siempre mantener estados completos de satisfacción en las personas, bienestar físico, mental y social en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida y tiene el control y la capacidad para conocerse y autorregularse.
Es momento de destacar esa maravillosa ciencia que estudia la mente y al ser humano como un ser biopsicosocial, la cual ha permitido facilitar estrategias que aporten insistentemente al logro de un equilibrio personal resaltando la interrelación entre el cuerpo y la mente como una relación recíproca que debe mantenerse de manera alterna para cuidar la vida, ya no podemos hablar de mente y cuerpo de forma independiente, son bebés gemelos que se requieren el uno del otro mientras están en su vientre materno compartiendo un mismo espacio para garantizar su estabilidad y buen desarrollo.
Hoy por hoy somos seres transformados, continuamos siendo humanos con bases naturales arraigadas eternamente, pero transformados desde nuestra conciencia, desde nuestra visión del mundo, desde el valor distinto que podemos hoy otorgar a personas, momentos, situaciones, lugares etc., hoy cada uno de estos se ha resignificado en nosotros y permitir en este tiempo la reflexión y el autoconocimiento es permitirme actuar de manera más consciente, viviendo un presente a plenitud y enfocados en conservar esenciales que nos movilicen a cambios necesarios en nuestro afán de vivir.