La Guajira es una tierra que inspira, una península sorprendente, exótica y mágica. La provincia de los sueños de nuestros abuelos. Milenaria como su propia cultura, y que, desde una perspectiva optimista, tiene muchas cosas positivas para hablar de ella y deslumbrar a aquel que viene a visitarnos. Aquí está la realidad y ficción de la obra inmortal de García Márquez. El mito y la leyenda de ‘Francisco El Hombre’ y su duelo de acordeón con el demonio.
El palabrero wayuú y su sistema normativo, como patrimonio inmaterial de la humanidad. Un gobernador popular que como Job siente que lo derribaron y le han quitado todo, menos su fe inquebrantable y confianza en Dios. Por eso, los invito a hablar bien de nuestra tierra, de nosotros mismos y nuestros paisanos, de nuestra historia y cultura, de la idiosincrasia y el modo de vida, de todo lo bueno y de lo que somos en realidad. Esa es otra forma de hacer patria, igual que, entonar con orgullo nuestro himno e izar con hidalguía nuestra bandera. Llegó el momento de hablar bien de La Guajira en este período de crisis política y humanitaria, haciéndole marketing como en una campaña publicitaria, para cambiar su imagen y proyectarla ante la opinión nacional como un departamento de oportunidades y un destino turístico muy promisorio. Un emporio de cultura ancestral y música popular. Ser guajiro es lo máximo solo para quien siente el caro orgullo de hacer parte de su tierra, de su presente y futuro. Desde luego, entonces, que hoy debemos unirnos para hablar bien de nuestra tierra. Si tenemos el patriotismo en las venas, eso significa que amamos mucho a nuestra tierra y este sentimiento se relaciona con nuestra voluntad de servirle y defenderla, honrándola siempre. Hay muchas maneras de demostrar este sentimiento, no solamente agitando nuestra bandera en los días patrios ni celebrando sus aniversarios a través de grandes eventos. Cuando nuestro pueblo está en crisis, es cuando muchos ciudadanos tienden a hacer más visible su patriotismo, coreando canciones de nuestra tradición cultural y sacando pecho, llenos de orgullo para defender el territorio y la población de todos los vejámenes e improperios que vengan del exterior. Mostrando el patriotismo cuando tu pueblo más lo necesita, y eso, es lo que le viene haciendo falta a La Guajira. Que su gente demuestre que tiene vena patriótica y le corre sangre guajira por las venas. Saliendo a defender una causa patriótica, que se llama departamento de La Guajira. Aquí en este pedazo de suelo y cielo, tenemos enterrado nuestro ombligo y nuestros difuntos, aquí en estas parroquias bendijeron nuestros sueños y talentos, entonces, llegó la hora de empuñar las banderas de La Guajira, para defender el buen nombre, los bienes y la honra de nuestra tierra, de esos francotiradores que no hacen, sino deshonrarla y despotricar de este territorio y su gente. Pero, lógicamente que, para hablar bien de La Guajira, tenemos que disponernos a cambiar en nuestra estructura de pensamiento. Mostrando también la voluntad, la disposición y el interés de romper todos esos paradigmas y estereotipos que nos han hecho mucho daño, tomando como hoja de ruta, el respeto por la dignidad humana y por los recursos y los bienes públicos. Aprender a asociarnos para trabajar unidos, estructurando juntos proyectos de emprendimiento y demostrando que si somos capaces de transformar el entorno que nos rodea. Haciendo buen uso de nuestra cultura ancestral y milenaria y mirándola desde una perspectiva optimista como nuestro mayor desafío para aterrizar en la autopista del desarrollo competitivo del departamento. Bolívar dijo: “Juro por Dios, juro por mis padres y juro por mi honor que no descansaré mientras viva hasta que haya liberado a mi patria,” eso es patriotismo. Edmundo de Amicis, también dijo: “El que desde pequeño respeta su bandera, sabrá defenderla cuando sea mayor”, eso también es patriotismo. Los guajiros también necesitamos defender nuestra bandera, hasta convertirnos en ciudadanos útiles de la sociedad a la que pertenecemos. El patriotismo sublime de los guajiros, será el antídoto para el estigma nacional. Los guajiros necesitamos hacer fuerza por la unidad y unidad por la fe de que podemos salir adelante. Invito entonces, a la academia, a los gremios productivos y a las empresas transnacionales, a la Cámara de Comercio y a la institucionalidad en general, a emprender una cruzada por la buena imagen de La Guajira, hablando bien de su población y del territorio.