“La gran preocupación del ciudadano es la manera como pone en marcha sus conocimientos a través de vinculaciones formales, ya que no sólo es el desempleo sino al informalidad sin contención que campea en nuestros territorios”.
Cada país tiene sus propias costumbres incluso, cuando nos referimos a asuntos económicos. Y es que comparar economías entre diferentes naciones, es realmente arriesgado ya que supone tratar temas tan diversos como el ambiente laboral, tradiciones o relaciones interpersonales.
Uno de los grandes retos que tiene Colombia, es revolucionar las normas laborales para encontrar un verdadero desarrollo y de una vez, se descuelgue el desempleo hasta llevarlo a su mínima expresión.
La necesidad urgente de ajustar los presupuestos nacionales y regionales y así impulsar un crecimiento económico conlleva a dar un vuelco a la legislación laboral, que esté acompañada de avances tecnológicos y humanos, sin que ello implique desconocimiento de derechos adquiridos.
A propósito de la iniciativa planteada en días anteriores de implementar trabajo por horas, no se puede salir a atacar la misma sin una discusión de fondo, que determine mediante la concertación normas contenidas en un proyecto de Ley de formalización laboral, que vaya más allá de derechos y subvenciones, pero que obligue a modificaciones en la forma de prestación personal del servicio.
Igualmente dicha iniciativa laboral debe contener objetivos fundamentales que realmente faciliten la contratación e impulsen la recuperación de la actividad económica. Colombia debe empezar a crecer en la medida que la formalización conlleve un cambio en la mentalidad del ciudadano, a través de la educación, dado los avances y cambios, que varía la concepción tradicional del puesto de trabajo.
La gran preocupación del ciudadano es la manera como pone en marcha sus conocimientos a través de vinculaciones formales, ya que no sólo es el desempleo sino al informalidad sin contención que campea en nuestros territorios. Por ejemplo, según estadísticas del Dane, porcentualmente el distrito de Riohacha es la segunda capital de Departamento con mayores índices en informalidad –superada por Cúcuta–, que entre otros aspectos incide en el bajo nivel de cotización al régimen de pensión y una alta afiliación al régimen subsidiado.
Las formas de vinculación laboral pueden ser diversas e incluso, la discusión válida si se trabaja 48 o 40 horas semanales puede no ser tan relevante, lo principal aquí es la búsqueda de los fines en las iniciativas laborales, que deben propender al aumento de afiliados al Sistema General de Seguridad Social y ello implica, entre otros aspectos, que la mano de obra calificada y no calificada que se encuentra instalada en cada uno de los municipios colombianos sean contratada por parte de las empresas nacionales o extranjeras que tienen concesiones otorgadas por la nación para la exploración y explotación de proyectos sobre los recursos naturales y se asienten en dichos territorios.
No se debe seguir permitiendo el desequilibrio que existe en cuanto al empleo de profesionales, tecnólogos y técnicos no residentes frente a los habitantes de un territorio.
Los ajustes laborales que se vislumbran deben perseguir la dignificación de los hogares proyectados a largo plazo bajo el esquema de nuevos empleos. De acuerdo con datos del estudio del Foro Económico Mundial el “65% de los niños que hoy ingresan a la educación básica, trabajarán en puestos que aún no existen” y como gran logro de dichas modificaciones debe ser la desaparición de la intermediación laboral.