Este factor es uno de los enemigos de la unidad familiar, no sé si las cosas se ponen de moda por la penetrante influencia de las redes sociales, o la erosión de los valores como honestidad, seriedad, integridad, etc.
Hoy en día proliferan muchas parejas que presentan hogares donde se conjuga la frase “juntos pero no revueltos”. Lo cierto es que siento que esta situación va en aumento en todas las edades, tanto en hogares jóvenes como en hogares maduros, no conozco su medición actual, cuántos son, ni la edad donde más frecuentes se da, ni los extractos sociales donde más ocurre este fenómeno.
Pero se perciben y se conocen muchos hogares en esta situación y lo peor es que se siguen incrementando estas realidades que ocasionan que las parejas caigan en este estado “juntos pero no revueltos”, ojalá las Comisarías de Familias de cada municipio donde no existan oficinas de Icbf se apersonen de este estudio, que nos digan cuál es su causa, pero me imagino que la infidelidad debe ser la principal, luego pérdida del amor, sentimiento este que los libros lo definen como la admiración mutua de los valores y esta admiración se pierde cuando imaginamos a la pareja de una forma y en la realidad es otra que se descubre con la convivencia.
Otra causa radica en la liberación femenina o libertinaje, hay muchas féminas esperando su fin de semana para cervecear, rumbear, sin importar el horario de salida y mucho menos el de llegada. Eso de asear y cocinar para muchas son cosas del pasado.
La otra causal es el convertimiento religioso, existen sanas doctrinas y otras no tan sanas, conozco postulados que en caso de que algún miembro de la pareja no comulgue con esos postulados, de seguro que vivirán juntos pero no revueltos. En algunas doctrinas es imprescindible estar casados, de lo contrario su relación de pareja es considerada el pecado más nocivo de la espiritualidad: la fornicación.
Otra causal que aporta la religiosidad es la conversión de pareja. Para algunas doctrinas un miembro de la pareja que no comulgue con sus postulados, es llamado yugo desigual, por lo tanto, encontrarse en esta situación lo más probable es que no solamente estén juntos, si no que a la vuelta de la esquina se les ve la separación por parte de ambos, del uno por evitar el encuentro y del otro por cansancio de tanto insistir encontrarse.
Para estar en esta situación veo mejor la separación, es mejor ponerse rojo una sola vez, y no morado siempre.
En muchos casos esa separación la detienen los hijos, que son los causales de acercamientos de la pareja aunque no alcance a mantenerlos unidos, pero si al menos juntos.
Una, el padre sabe que en el hogar es imprescindible la voz de autoridad que el aporta en la crianza de los hijos y es a él que casi siempre le toca emigrar del hogar.
La otra causa es la edad, entre más avanzados en edad se encuentren las parejas menos separaciones hogareñas se producen, aunque no necesariamente estén unidos.
En todo caso, se me ocurre sugerir y el que se encuentre en esta situación verá si la acata o no, sea cual sea el causal que lo mantiene junto y no revuelto, trate de solucionar pronto esa situación y reintente de nuevo otra oportunidad, si todavía tiene fuerzas. No es sano convivir con el enemigo hasta los 99 años, por los hijos no se preocupe ni haga esa clase de sacrificio, porque ellos nacieron para volar y de hecho lo harán en su tiempo, la tarea con ellos es ponerles unas alas de acero, para que vuelen más alto que los padres y la felicidad debe ser completa, tanto del padre como de los hijos.