La corrupción se engorda y la niñez guajira se desnutre

Hago el siguiente comentario con el mayor respeto que se merecen mis hermanos católicos, para ellos el lugar donde reposan los difuntos que lograron la santidad por sus buenas obras en su paso por la tierra es el cielo.

Pero algunos santos no lograron ascender a los cielos, caso del santo de las parrandas el ‘sancocho’ y la santa de los gobiernos latino americanos ‘Santa Corrupción’, estos dos permanecen en la tierra, la una alegrando parrandas y mesas hogareñas y la otra haciendo de la suya en todos los gobiernos de turno, caso colombiano donde ningún gobierno ha escapado o ha sido víctima de la ‘Santa Corrupción’.
Cotejando definiciones de corrupción, esta que presento me llama mucha la atención: “Corrupción es la acción y efecto de corromper, es decir, es el proceso de quebrar deliberadamente el orden del sistema, tanto ética como funcionalmente, para beneficio personal. Además de que el corrupto comete una acción ilegal, también presiona u obliga a otros a cometer tales actos”.
O sea que el corrupto no solo corrompe, sino que también permea y se convierte en un orientador para corruptos nuevos. Es decir, organiza escuelas. La palabra corrupción proviene del latín corruptio, que se forma de los vocablos con, que quiere decir ‘junto’, rumpere, que quiere decir ‘quebrar’ y el sufijo -io, que quiere decir acción y efecto.
Para los expertos entre los posibles determinantes que causas la corrupción merecen citarse la falta de educación o de una cultura del compromiso. Paradigmas distorsionados y negativos. Personalidades antisociales y megalomanía. Percepción sesgada del grado de corrupción presente. En lo clínico y analizando el cerebro de un corrupto, en otras palabras, el corrupto empieza poco a poco y al ir perdiendo la actividad de su amígdala cerebral, va perdiendo el miedo y se va acostumbrando al delito. La consecuencia es que, al ir perdiendo el miedo al castigo, el corrupto avezado va aumentando la magnitud de sus actos deshonestos.
Se ha vuelto tan común y presencial la ‘Santa Corrupción’ que suele estar relacionada en el imaginario popular con el mundo de la política y el enriquecimiento ilícito, es decir, con el dinero, pero no solo con eso. La corrupción aplica a muchas instancias.
Por ello, existe corrupción política, corrupción económica, corrupción sexual, etc. Esto se debe a que los dos grandes factores de intercambio que movilizan la corrupción suelen ser el dinero, el poder y el sexo, asi de sencillo diría el ‘Cacique’ de La Junta. De un modo u otro, la corrupción suele estar enmarcada en relaciones de poder entre los sujetos, sea en escala micro o macro, sea privada o pública. En Colombia ser político es ya un sinónimo de corrupción, y lo digo con mucho respeto, pues todavía se consiguen políticos a la vieja usanza, auténticos servidores públicos.
Considerada como el principal problema que aqueja a nuestro país, en Colombia la corrupción alcanzaría para escribir la enciclopedia más extensa, la ley tipifica claramente las formas de corrupción y establece penas específicas para cada una según el grado y el número de corruptor supera a los culpables de otros delitos en conjunto. Los famosos ‘ladrones de cuello blanco’.
Entre las modalidades de corrupción más común merecen mencionarse: El soborno, desvío de recursos, enriquecimiento ilícito u oculto, abuso de poder, abuso de funciones, tráfico de influencias, colusión, conspiración para cometer delitos de corrupción, obstrucción de la justicia, nepotismo, uso ilegal de información confidencial o falsa, comprar mercancía pirata; robar servicios públicos, evadir impuestos, etc.
En Colombia la cantidad de plata que se pierde por corrupción es de tal tamaño que equivale al 17 % del presupuesto general de la nación, que para el año 2020 fue de $303 billones. Según advirtió el contralor Córdoba, solo de regalías, los recursos que se perdieron el año pasado llegaron a $ 1,3 billones. Colombia obtuvo 39 puntos sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2022.
Lo que indica que el país sigue enfrentando graves problemas en materia de corrupción. Su posición en el ranking bajó, al pasar del puesto 87 al 91 entre los 180 países evaluados. Kalmanovitz explicó que Duque deja unas finanzas con un déficit fiscal de $83 billones, lo cual equivale a 6,8% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, uno de los más altos en la historia económica de Colombia, este es uno de los últimos gobiernos más corruptos de la historia colombiana.
Como consecuencias políticas, la ‘Santa Corrupción’ perjudica el funcionamiento de las instituciones públicas, afecta su eficacia y la eficiencia, afecta a la democracia y la gobernabilidad de los pueblos, consecuencias económicas, inestabilidad política del Estado, hambre y miseria en nuestras comunidades especialmente la indígena entre ellas la wayuú.
Así las cosas, mientras los vivos se tumban los recursos de los colombianos y los llevan a paraísos fiscales, desde la otra orilla, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU entregó un nuevo informe sobre la situación de hambre en Colombia. En las nuevas cifras se encontraron datos que preocupan, pues concluyó que 15,5 millones de personas en el país padecen de inseguridad alimentaria, y el 40% de la población se alimenta dos veces al día o menos. Además, en los departamentos de la región Caribe y pacífica la inseguridad supera el 40 %, siendo Sucre, Córdoba, La Guajira, Cesar (norte) y Chocó (oeste) los que presentan las cifras más altas del país, que incluso superan el 70 % en alguno de los casos.
Al respecto, aseguró que “de los 2,5 millones de migrantes venezolanos en Colombia con vocación de permanencia, cerca de 1,3 millones, el 52 %, se encuentran en situación de inseguridad alimentaria”.
Se ha encontrado que para la población desplazada el principal problema reportado en cuanto a su inseguridad alimentaria, es la incapacidad de generar ingresos suficientes. De hecho, el promedio de los hogares desplazados apenas sí consiguen ingresos equivalentes al 68 % del salario mínimo vigente a nivel nacional.
Por último, según el sondeo, al menos un tercio de las mujeres que estaban embarazadas padecen de anemia, y se encontró que entre el 3 y el 5 % de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición aguda.
El año pasado hubo 21.337 casos de desnutrición aguda en menores de cinco años en Colombia, de acuerdo con el último boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud (INS), que reportó también que un total de 308 niños de menos de 5 años murieron a causa de la desnutrición, sobre todo en La Guajira y el Chocó.
En marzo de 2022, 12.695.931 personas comieron dos veces al día. Por su parte, 722.533 tuvieron 1 sola comida. A 3 comidas al día accedieron 38.191.011 personas en el país. Esto significa el 74% de la población total.
Ojalá ‘San Gustavo Petro’ logre amainar los dos elementos centrales de este escrito.