Época de confrontaciones políticas como la que vive hoy La Guajira con sus políticos para que exista libertad; la verdad es el ejercicio del periodismo, sería tan grave como si el abogado ejerciera su profesión con tendencia al uso de la ilegalidad para fomentar la injusticia; o el médico violencia para vulnerar vidas de los demás.
¿Qué ha pasado con la Represa? Uno de los grandes deformadores de la verdad ha sido el apasionamiento desbordado en los debates electoral, ha encontrado en el mundo digital su mejor pantalla y caja de resonancia: ¿Ha convertido la libertad de expresión en libertinaje? Con mensajes falsos, con imágenes sin autenticidad alguna y muchos de sus usuarios desinforman; por Twitter y demás redes sociales, el rumor; el chisme, que genera confusión. Promueven el antivalor de la mentira sobre la ética, de la verdad; es indescriptible que las redes sociales han acercado la información, utilizándolas ¿con responsabilidad?, la democratización, arriman a las gentes, pero cuando impera la desmesura, se distorsiona la realidad, se incentiva la anarquía.
¿Quiénes son los dueños de la Represa? En la rivalidad entre lo que es falso y lo que es cierto se confunde la opinión pública, y se produce una incertidumbre, dejando el amargo sabor de duda acerca de la credibilidad de las noticias, de la fidelidad, del comentario, de las autenticidad de la imagen fotográfica, por ESO; que la esperanza de la verdad nunca fenezca, en nosotros con dignidad.
Este agrio debate electoral que deberían ser complemento de la sana competencia periodística; lo han vuelto mucho más emocional que racional, desbordando los fanatismo que contaminan las pantallas de verdades a medias, de mentiras. “La verdad se ve y la mentira de escucha”, es una diferencia que se borra.
Difícilmente y se distingue la veracidad de la falacia y se manipula la opinión pública para que lo real se vuelva ficción y penetran los mensajes de textos delirantes, las fotomontajes hirientes las falsedades en las intimidades de las personas, se convierten en fábricas de injurias y calumnias; y denuncias de la politiquería; el silencio es una respuesta que nadie espera pero que muchos necesitamos; no es fácil recuperar, en medio de una agresiva radicalización política, la verdad en la información; el lenguaje agresivo de algunos candidatos, en cuya alma albergan revanchismos clasistas e impide por lo menos rebajar los altos índices de exacerbamiento; y convierten la opinión en lucha tribal en frases hirientes combustibles para encender las pasiones de los twitteros.
En un laboratorio de violencia, no olvidemos aquel principio de que por más difícil que sea una situación, siempre es susceptible de empeorar políticamente; unidos podemos mejorar democráticamente; compañeros, políticos, politólogos y sabios son muchos en La Guajira y Fonseca, asegúrate antes de hablar, escribir en tus celulares modernos y que tus palabras sean mejores que el silencio depresivo e irónico; de las ofensas pensemos siempre unidos en la política de La Guajira baja – centro, alta indígena, la democracia es el poder de los pueblos, concertados en sus ideas, palabras y realidades del poder; no seamos unas cajas de pandora; no dejemos morir las amistades matando la política egoístamente, dejando morir el amor social por egos, insensatos mis hermanos políticos honestos; cada día es una nueva oportunidad, en nuestras vidas, porque las nubes en veranos siempre caerán gotas de aguas limpias y fecundantes. ¿Por qué destruyeron políticamente a nuestro gobernador?