Desde marzo del año pasado cuando la Organización Mundial de la Salud decretó al coronavirus como una epidemia, inmediatamente mi razón me llevó a pensar en mi raza indígena wayuú y con mucha preocupación me preguntaba ¿qué será de ellos cuando ese terrible virus llegue a la península? Analizaba la realidad de sus características demográficas, su cosmovisión, las múltiples vicisitudes que hacen parte de sus vidas, la falta de alimentos, de agua potable apta para su consumo, conversaba con muchos amigos sobre esa situación, nos preocupaba mucho, pero vaya sorpresa, una vez más nos equivocamos, se nos había olvidado lo fuertes que son.
La raza indígena wayuú es milenaria, caracterizada por poseer una genética de fácil adaptación ante situaciones de estricta supervivencia, ellos sobrevivieron a la llegada de los múltiples virus como el sarampión, viruela y demás que trajeron los conquistadores españoles hace más de 500 años. Estas pestes acabaron con imperios milenarios creados por razas indígenas como los aztecas, cuando nos preocupábamos por el destino de los wayuú, frente al avasallador ataque del coronavirus en la sociedad mundial, se nos olvidaba lo fuertes que son, la situación de vulnerabilidad social, el abandono del Estado colombiano y muchos factores más que históricamente han obstaculizado la mejoría en la calidad de sus vidas no han sido motivo para mostrarle debilidad al covid-19.
No podemos negar que han habido casos aislados en donde lastimosamente fallecieron indígenas wayuu por haber adquirido la enfermedad, pero si pondríamos en una balanza el poco o quizás nulo cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, ante las constantes aglomeraciones, la vulnerabilidad social del wayuú y demás factores, no nos queda otra cosa que pensar, el indígena wayuú tiene una resistencia biológica notoria ante el coronavirus, esto por lo menos para mi concepto no tiene discusión, no soy epidemiólogo, tampoco médico, pero si puedo observar y analizar cuál ha sido el impacto colectivo del virus sobre la sociedad wayuú.
Muchas situaciones peores a la que hoy ofrece la llegada del coronavirus han acechado la supervivencia del indígena wayuú a lo largo de su historia y ahí están aún, reproduciéndose, subsistiendo, sobreviviendo y adaptándose cada vez con mayor facilidad ante cualquier adversidad, como diciéndole al mundo de la medicina y de la lógica que brinda el conocimiento epidemiológico, que ha nadie le quedé duda de su fortaleza biológica, deberían venir científicos de todos los lugares del mundo a estudiar este tema particular, los mercados públicos de Uribia, Maicao, Riohacha y Manaure, diariamente viven abarrotados de wayuus que vienen provenientes de los sectores rurales a adquirir bienes y servicios necesarios para su subsistencia, así que contacto con el virus sí lo han tenido.
Conversando con un amigo, me decía que tal vez se deba al hecho que los indígenas en sus zonas rurales viven en puntos poblacionales distantes uno del otro, las rancherías, entonces seguramente esto tendría algo de incidencia en que el virus no los esté azotando como lo ha hecho en las ciudades, yo le manifestaba que esa no podría ser la razón, porque ellos permanentemente siguen yendo a las zonas urbanas a abastecerse de bienes y servicios, también le decía que no podía existir otra explicación a que ellos cuentan afortunadamente con una resistencia heredada de sus antepasados, son sus genes.
A pesar de todo, este panorama no hay que dar tregua al virus, no podemos confiarnos, hay que seguir insistiendo en el uso del tapabocas y el respeto por el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad.