Atracos armados y sicariatos tienen a los habitantes guajiros en sosiegos, tensionados y preocupados por la inseguridad que se vive, donde en cada momento y por distintos lugares se cometen robos y atracos armados a personas y establecimiento de comercio, en horas diurnas y nocturnas.
Riohacha, Maicao, Albania, Barrancas, Fonseca y San Juan del Cesar, están en alto grado de inseguridad, por delincuentes que a cada momento hacen de la suya, sin ningún control. Lo curioso es que la Policía tiene identificados y ubicados a los delincuentes pero cuando los capturan, los jueces les dan detención domiciliaria. No es justo que agentes capturen en flagrancia, a delincuentes y los jueces los liberen, favoreciéndolos y originando cuestionamientos de la Policía y renuencia a recapturas, fundamentando que de nada sirve capturarlo cuando enseguida lo sueltan, para que sigan su fechoría.
La situación se agrava si entre autoridades carecen de atención, coordinación y entendimiento armónico. Cuando los delincuentes, caen en flagrancia en mano de la Policía, el informe de la institución constituye denuncia, para la apertura de investigación penal, pero algunos jueces liberan a delincuentes, porque las víctimas no han formulado denuncias, desconociendo, hechos informados por la Policía.
A las cárceles remiten los jíbaros, expendedores de drogas que resultan ser menos peligrosos que los que atracan y matan a quienes se resisten con terror y amenazas de agresiones y apropiación violenta de bienes. Igual quienes ejercen el sicariato, asesinando por encargos ordenados.
Se han efectuado grandes inversiones en cámaras de seguridad, en el Distrito de Riohacha y municipios de La Guajira, donde sus habitantes se quejan, culpando alcaldes y Policía, por inoperancia y falta de control en las acciones delincuenciales, que a diario se causan.
¿De qué sirve invertir en cámara aéreas de seguridad, si no las utilizan o las mantienen apagadas y dañadas? ¿Por qué los alcaldes no implementan administración permanente para los equipos aéreos de seguridad, que garanticen la prestación de servicio ininterrumpido, haciéndole mantenimientos y reposiciones de equipos dañados?
Los alcaldes no solo deben destacar la consecución de recursos económicos para adquirir e instalar cámaras aéreas de seguridad, si no asumir la responsabilidad de uso y servicio, operando con sala propia, independiente de las que opera la Policía Nacional u otra autoridad, para monitorear el funcionamiento de las cámaras, en sistema mixto, con energía tradicional y solar, arreglándola cuando se requieran del servicio.
La nueva forma de seguridad debe estar conectada a la tecnología para operar con mejor precisión y mayor eficiencia. La Policía Nacional debe adecuar, la planificación de diseños, materializados en plataformas digitales tecnificadas en los territorios, urbanos y rurales, globalizado con cámaras inteligentes que se utilizan para detectar comportamientos sospechosos y delincuentes merodeando. A la vez, sirve para prevenir acciones delictivas, complementadas con drones patrulleros e interceptaciones, de comunicaciones y biometrías.