La misericordia del Señor es palpable en el departamento de La Guajira, no sé si ha sido como compensación de las constantes expropiaciones históricas que han sufrido sus nativos.
Desde los españoles que atacaban a los indígenas Caribe que entre ellos pertenecían los wayuú, para expropiarlos de los terrenos fértiles del Magdalena, Cesar y La Guajira, los arhuacos los acosaron hasta la cima de la Sierra Nevada, y a los wayuú, los retrocedieron hasta las tierras áridas del desierto guajiro muy cerca de la zona fronteriza con Venezuela. Con esta injusticia el Señor compensa a los nativos guajiros con mínimo tres regalos, como prueba de su existencia, y misericordia hacia un pueblo oprimido.
Primer Regalo: Puerto Bolívar, de gran calado, formado de manera natural que nunca ha sufrido de sedimentación y mucho menos se ha necesitado una draga china para su mantenimiento, de gran utilidad para descargar mercancías provenientes de mercados extranjeros entre ellos Panamá, para surtir sobre todo a la vitrina comercial (Maicao). Hoy su operatividad se ha reducido hasta en un 80% porque el Estado centralista ha tenido como tarea la eliminación de Zona Especial Aduanera, y hoy a través de la Dian les ha quitado los atractivos económicos a sus artículos.
Segundo: una extensa zona fronteriza con Venezuela; de gran actividad comercial que les ha permitido sobretodo a los habitantes de Uribia y Maicao, entre otros pueblos, de tierras áridas y desérticas por naturaleza, donde la agricultura es muy escasa, solventar la situación a través de la comercialización de productos subsidiados de Venezuela, principalmente el combustible y los alimentos.
Tercero: Papá Dios nos regaló el complejo carbonífero más grande de Latinoamérica, del que se derivaban cuantiosas regalías, que mejoraban el nivel de vida guajira, de un momento a otro el Estado centralista nos expropia de ella, trayendo consecuencias nefastas como incremento de mortalidad infantil, deserciones estudiantiles de Uniguajira, por la eliminación del subsidio educativo.
Hoy tenemos una comunidad enferma por la contaminación que es lo único del Cerrejón que nos ha quedado. Como vemos , hoy el centralismo nos arrebata los ingresos de Puerto Bolívar, disque por ilegal. Igualmente nos combate los productos venezolanos ancestralmente comercializados, como el combustible y nos arrebata las regalías del Cerrejón disque por mal manejadas. En consecuencia, nos dejan sin ingresos pero no nos proponen, ni propician como Estado ingresos legales.
Nunca nos han dicho dejen eso para que hagan esto, y ya no tenemos más para donde retroceder, será seguirle orando al Señor para que nos haga otros 3 milagritos, y la clase política sigue muda al respecto.