Se aproxima el 24 de diciembre, un día lleno de muchos sentimientos, para varios significa tristeza, porque les toca vivir su realidad, existencia que no fue planificada ni mucho menos deseada, para otros ese día es de alegría, esperanza y gratitud. Los seres humanos somos soñadores por naturaleza, nos adentramos a ese mundo de pensamientos cargados de visiones guiadas por nuestros deseos, añoramos que ellos hagan parte de nuestra realidad en un futuro cercano, para la mayoría desafortunadamente ese mundo de ilusiones no logra trasladarse a lo tangible, ¿tal vez toca luchar un poco más?
Siempre me he preguntado desde niño si existe algo dentro del mundo de lo intangible que direcciona los destinos, ese algo que diga; fulanito nacerá pobre, sutanito nacerá rico y a perencejo nunca le faltará nada, pero no nacerá ni rico, ni pobre, o tal vez no sea así, tal vez es producto una imaginación que acostumbra a viajar demasiado lejos. A mi parecer, esta Navidad es muy parecida al resto de las demás porque trae en ella una diversidad impresionante de cosas, vivencias, sueños no concretados, el vacío de un ser querido que ha partido para siempre, la actitud positiva que asumen algunos ante la llegada inminente del próximo año o una mirada llena de lamentaciones por la falta de dinero.
Desafortunadamente nuestra realidad en La Guajira es dura, porque vivimos en medio de una desigualdad demasiado profunda, Colombia es uno de los países con más desigualdad en toda Latinoamérica, nuestro Departamento es uno de los más desiguales en toda Colombia, para el día de pascua muchos no tendrán en sus hogares las mesas repletas de alimentos, esa es la otra Navidad que se vivirá de la que algunos no somos conscientes porque nos tocó tal vez vivir una vida distinta llena de muchas oportunidades, si el 24 de diciembre abunda el alimento en tu hogar entonces es porque haces parte de la minoría, puedes considerarte privilegiado, pero ante todo es necesario entender que para muchos la realidad será totalmente distinta, tal vez compartir un poco con aquellos que nunca han tenido puede ser una buena opción.
En esta Navidad el sentido humano debería ser el mayor protagonista, anhelamos que toque el corazón de los empresarios, alcaldes, diputados, gobernador, comerciante, y de aquellos que tengan en sus manos la posibilidad de llenarle la vida de esperanzas a aquel que por razones del destino le ha tocado vivir sufriendo los embates de nuestra enorme desigualdad.