Nada justifica la terrible crisis en la que se encuentra la citricultura del país, a causa de la propagación sin control del Huanglongbing (HLB) o “Dragón amarillo”, que ha arrasado con miles de hectáreas de cultivos cítricos en la región Caribe. Mucho menos se puede justificar ni entender el abandono al que el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, ha sometido a los agricultores de la Costa afectados por esta enfermedad.
Para exigir explicaciones por la negligencia con la que el ICA ha asumido esta problemática y la falta de control fitosanitario que actualmente existe en las importaciones de café verde, realizamos la semana pasada en la Comisión Quinta del Senado, un debate de control político a la directora del ICA, Deyanira Barrero, a quien le solicitamos su renuncia por la inoperancia que ha demostrado en el manejo de la crisis que viven el sector citricultor y cafetero de Colombia.
La poca diligencia que ha demostrado Barrera con la falta de propuestas, planes o estrategias para la protección de la producción agrícola y el fortalecimiento de la seguridad fitosanitaria en Colombia, sin mencionar los comentarios que ha realizado tras puertas cerradas, donde ha afirmado que considera la citricultura de “esa” región “sin importancia”, “inexistente”, o “cuatro árboles de limón sin interés comercial”, dan cuenta del riesgo, descuido y desinterés en el que se encuentra el sector agropecuario del país.
Esto nos lleva a pensar que la agricultura del país se encuentra en las manos equivocadas, de servidores públicos que no hacen ni el mínimo esfuerzo para proteger la caficultura y citricultura de la nación.
Mientras el “Dragón amarillo” continúa su acelerada propagación e infecta irreversiblemente nuevas plantaciones, el ICA sigue de brazos cruzados sin hacer nada para contrarrestar esta enfermedad, que de seguir así en poco tiempo estará llegando a los cultivos de los departamentos del interior del país. Por el lento proceso de atención que ha recibido la HLB por parte del ICA, aún no existe un registro preciso de datos que indiquen la magnitud de la afectación de los cultivos y el tiempo sigue pasando sin que se trabaje en acciones para evitar la propagación de la plaga.
Como esta es una enfermedad para la que no existe cura y que ha afectado a varios países de la región, algunos de los cuales han logrado contenerla, lo más lógico hubiera sido atender las indicaciones establecidas por expertos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que propuso a los países de América Latina, entre ellos Colombia, la implementación de una estrategia regional para el manejo de la HLB en la región, con el fin de contribuir a la sostenibilidad de la citricultura.
Sin embargo, poco fue lo que el Gobierno nacional implementó de dicha estrategia, un grave error que hoy nos está pasando altos costos. Caso distinto al de México, que ha invertido en la lucha y detección oportuna de esta enfermedad, con resultados exitosos.
La Contraloría General de la República en su informe de auditoría financiera al ICA para la vigencia 2018, evidenció que el ICA no tuvo en cuenta información estadística del Dane (III Censo Nacional Agropecuario) del 2014 para adelantar estudios previos y acciones para planear de manera económica, eficiente y efectiva el diagnóstico y las actividades encaminadas a prevenir y controlar el HLB. Este informe, también mostró que en el estudio de la información entregada por el ICA, se evidencian fallas en la planeación para el cubrimiento del territorio en el riesgo de expansión de la plaga y que a la fecha, el ICA no ha elaborado el estudio que permita calcular la dispersión de la enfermedad a partir de los focos iniciales de infección, como ha sido la práctica común en los demás países afectados.