Por Rafael Humberto Frías
La seguridad en el municipio de San Juan del Cesar, se ha convertido en el gran desafío de la administración municipal junto con una mejor prestación del servicio de acueducto urbano. Las gestiones en temas de seguridad ciudadana se vienen enfocando a garantizar el control de robos de celulares, dinero en efectivo y otros elementos de valor en las vías públicas, y a la venta y distribución de drogas y alucinógenos.
Igualmente, al desmantelamiento de estructuras delictivas que comienzan a operar en el municipio en alianzas con otras de municipios vecinos. Así mismo, al control de la migración venezolana en el territorio, ya que, según Migración Colombia, hasta el 31 de octubre de 2019, habían ingresado al municipio, alrededor de 13.800 venezolanos, donde más de la mitad están en estado de irregularidad, sin permiso especial de permanencia, lo cual no les permite acceder a los servicios de salud, educación, trabajo y atención de menores, por lo cual pasan a engrosar las filas de delincuentes. Por todas estas razones, en el municipio se debe fortalecer la capacidad de reacción de la fuerza pública y los resultados contra el delito de hurto a personas y el abigeato, actuando con criterios de microfocalización, lo mismo que, implementando la denuncia electrónica y facilitando que los ciudadanos a través de medios móviles puedan presentar una denuncia, para permitir superar esa situación, ya que antes no todas las personas denunciaban por temores ante los trámites tan complejos. Lo anterior ha venido generando unas estadísticas que están lejos de la realidad, porque no evidencian lo que ocurre a la luz del día en la cotidianidad. Pero como lo que se busca es avanzar en el logro de resultados, como meta trazada del alcalde está el mejoramiento de los índices de credibilidad ciudadana en la fuerza pública, especialmente en la Policía Nacional. La comunidad ha perdido la confianza en la fuerza pública y en los consejos de seguridad, por falta de resultados efectivos. Por eso pensamos que en el municipio la fuerza pública debe ser más visible y operativa implementando medidas restrictivas en cuanto a horarios, porte de armas, restricción de parrillero, entre otros. Del mismo modo, promoviendo cambios positivos en la cultura ciudadana, como el plan desarme, y el conductor elegido, entre otros. También el desarrollo constante de planes operativos de control por parte de la Policía y el Ejército y el fortalecimiento de las instituciones encargadas de la seguridad y convivencia ciudadana. Para impactar el problema y aumentar la seguridad ciudadana, en el municipio, además, deben realizarse campañas preventivas con mensajes trasmitidos por diferentes medios de comunicación de la localidad. Además de promover e impulsar la seguridad con la innovación tecnológica a través de la compra de cámaras de vigilancia y radios para redes de apoyo, lo mismo que, el desarrollo de planes tendientes a neutralizar las acciones delictivas. En San Juan del Cesar se necesita recobrar la importancia bastante amplia del concepto coloquial que dice que, el Estado debe garantizar “la seguridad de todo aquello que está de la puerta de la casa para afuera”, para volver a vivir colectivamente y progresar en comunidad con áreas articuladoras del encuentro como son: parques urbanos, zonas de cesión gratuitas del municipio, plazas, plazoletas, escenarios deportivos, escenarios culturales y de espectáculos al aire libre, y las áreas para la conservación y preservación de las obras de interés público. La tasa de homicidios ha descendido en forma importante en el municipio, Pero la tasa de hurtos viene presentando un crecimiento preocupante, razón por la cual se requiere una estrategia de erradicación de este flagelo. Igualmente, en el 2019, se presentaron 71 casos de lesiones personales en el municipio. De modo que San Juan requiere un plan de seguridad y convivencia ciudadana, pero formulado y construido participativamente desde los territorios afectados. Que no solamente lo construya la Policía Nacional, sino con la participación activa de la comunidad. Para implementar un nuevo y novedoso modelo de seguridad con resultados efectivos que recupere la credibilidad, la reputación y confianza en nuestra fuerza pública. Pero lo más importante, que podamos vivir en un municipio seguro, con un estado garantista del derecho a la vida de sus ciudadanos y que protege sus bienes y su honra.